La peatonal calle Dolores era un vial para la circulación rodada hace 25 años

La peatonal calle Dolores era un vial para la circulación rodada hace 25 años
Hoy Dolores es una calle con terrazas y con el ciudadano como protagonista | J. MEIS

La calle Galiano fue el primer experimento que en los años 90 se hizo en Ferrol de cara al inicio de contar con alguna calle céntrica, dedicada exclusivamente al uso peatonal. En esos años también se trabajó en la peatonalización de la calle del Carmen y de la calle Real. Pero no fue hasta el año 2000 cuando la ciudad naval contó con su segunda calle completamente peatonal, la que daba continuidad a Galiano, tras atravesar la plaza de Armas


Fue hace ahora 25 años, concretamente el 16 de agosto de 1999, cuando comenzaban las obras de la calzada de esta calle.


El primer tramo que se cerró al tráfico fue el comprendido entre la calle de la Tierra y la Concepción Arenal, anunciando entonces que nunca coincidirían más de dos manzanas cerradas al tráfico para evitar graves molestias, y que los trabajos estarían concluidos, en su fase inicial, a finales de año. Quedarían las últimas etapas de la obra consistentes en la instalación del mobiliario urbano, jardineras, farolas y otros elementos que, como no podía ser de otro modo, ocasionaron diferencias en cuanto a la cantidad, la ubicación o la disposición alternativa de bancos, luces y maceteros.


La empresa Hispánica fue la encargada de ejecutar los trabajos de peatonalización y el presupuesto fue entonces de 100 millones de pesetas.


Pero como en toda obra que suponga levantar una calle, las quejas y problemas no estuvieron ausentes y las páginas de Diario de Ferrol desde que comenzaron los trabajos aquel 16 de agosto de 1999 hasta el final de las mismas se llenaron de noticias relacionadas con el día a día de esos trabajos que, vistos hoy, mejoraron notablemente la imagen del centro de la ciudad.


Los árboles y los bancos que se colocaron protagonizaron titulares día sí día no por su acumulación en tan poco espacio. Fue preciso reformar estas ubicaciones y espaciarlas más a lo largo de la calle.
Aun en la actualidad la fisonomía de la calle ha hecho variar acontecimientos puntuales como desfiles procesionales de tronos o comparsas, con mayor o menor aceptación.


Ya en las páginas de DF, desde el Concello, con el concejal Xosé Lastra como edil de Urbanismo, pedía la colaboración ciudadana para afrontar los trabajos. Decía entonces que “cada tramo de la calle, teniendo en cuenta la alternancia de trabajos, durará unos dos meses, por lo que desde el Concello se pide la colaboración de los vecinos y de los comerciantes de la zona, que verán afectada su actividad a causa de las obras”. Se apuntaba, además, que “el levantamiento de las calles será el proceso más molesto en esta peatonalización que mejorará el aspecto de esta calle”.


Una situación similar se ha vivido recientemente con otras obras que afectan al centro de la ciudad, como la calle de la Iglesia, aunque en este caso, pese a que también se ha ampliado la zona para el peatón, se ha mantenido la circulación rodada. 


Los resultados siempre se hacen esperar pero las obras de mejora, finalmente, valen la pena. 

La peatonal calle Dolores era un vial para la circulación rodada hace 25 años

Te puede interesar