La secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, acudió al Campus Industrial de Ferrol durante la jornada de ayer, que se centró en la relevancia del fenómeno migratorio, una realidad social.
El Aula Magna de la Facultad de Humanidades del Campus Industrial de Ferrol acogió ayer una conferencia de Cancela, bajo el título “Migración: Una oportunidad para España”. Durante el acto, la Secretaria de Estado en Migraciones, analizó la evolución de la emigración en los últimos años, lo que permitió obtener una visión de la movilidad humana global. Cosa que Cancela considera “esencial” dentro de las Relaciones Internacionales, una de las carreras que se imparte en la universidad.
“Creo que en unos tiempos en los que se utiliza de manera tan deleznable y condenable el discurso de odio o de xenofobia contras los migrantes, es más que importante tener posibilidades para trasladar mensajes de lo positivo y necesario que es el fenómeno migratorio tanto para España, como para esta comunidad autónoma”, explicó Cancela.
“Galicia está demostrando que, en un momento en el que se está acogiendo a personas refugiadas que han solicitado asilo en España, tiene una sociedad ejemplar. Hay personas migrantes en las cuatro provincias y la respuesta es siempre positiva, en ningún momento esta actuación ha sido causa de reacciones negativas”, comentó, al mismo tiempo que aprovechó para destacar la cooperación con los organismos de gobierno local y las diferentes asociaciones de la zona.
En cuestiones migratorias España no funciona como un ente completamente autónomo. La pertenencia a un organismo como la Unión Europea es un factor decisivo que, a la hora de generar políticas comunes, se traduce en diferencias. “Los países del norte tienen una visión más de seguridad, de fronteras. España, sin embargo, está haciendo una política de Derechos Humanos”. Esto se debe a que desde el gobierno central se busca conseguir una migración “regular, segura y ordenada”.
“Hacer política –expone Cancela– es ser responsable”. En este caso, la sensatez está ligada a cuestiones tan simples como la pirámide demográfica española, que está envejenciendo, y el ámbito laboral.
“Este es un país que está creciendo económicamente y que, además, tiene buenas perspectivas a medio y largo plazo, lo que lo sitúa como un país preferente para el desarrollo de un proyecto de vida”, comentó.
Galicia, que a día de hoy tiene una comunidad en la diáspora más grande que ningún otro territorio nacional, fue tierra de emigrados. Primero por la hambruna de la posguerra, despúes por la búsqueda de trabajo. En las fábricas que se sucedían a lo largo de Europa eran los gallegos quienes hacían los trabajos que los locales no querían. Lo mismo pasa ahora, a diferencia de que España, a día de hoy, es un país de destino.
“Hay sectores de actividad estratégica en los que hay una carencia de mano de obra, como pueden ser la construcción, el sector primario o los cuidados –completamente feminizado–. Son trabajos que los españoles y las españolas, por las circunstancias que sea, no quieren hacer”, asevera la socialista. “Esto son ciclos históricos que se repiten en función de la evolución económica del país”.
La situación de vulnerabilidad manifiesta la problemática principal a la que se enfrentan tanto los órganos gubernamentales como la sociedad civil organizada. Esta última, en muchos casos, es quien lleva el peso de la inserción real de los migrantes dentro de la sociedad.
“La inclusión va mucho más allá de la regularización. Las entidades que trabajan en el ámbito de las políticas migratorias son actores y agentes de primera magnitud, protagonistas. El país tiene un sistema de acogida mixto en el que el gobierno trabaja y colabora, día tras día, con estos organismos para poder gestionar los flujos migratorios”, concluyó.
Desterrar los discursos reaccionarios, fomentar la convivencia e impulsar la participación en actividades educativas y laborales son cuestiones básicas para llegar a una situación de inclusión social efectiva.