"El Modernismo a través de la obra de Rodolfo Ucha" es el título de la conferencia que este jueves, a las 19.30 horas en el salón de actos de la Facultade de Ciencias do Traballo, impartirá la historiadora del arte Pilar Freire. Es una actividad de la Asociación de Alumnos y Exalumnos de la Universidad Sénior del Campus de Ferrol. El historiador y escritor Guillermo Llorca será el presentador. La entrada es libre y gratuita. 

¿Cuál es el enfoque de la conferencia?

La conferencia está relacionada con el estudio que hice hace unos años sobre la obra de Ucha, que después el Concello convirtió en un libro institucional y que sirvió de base para hacer los nuevos itinerarios de visita de las casas de Ucha, con los códigos QR, etc. La idea era darle un enfoque distinto: hacer unos recorridos muy concretos que sirviesen como recurso turístico, con explicaciones muy didácticas y pedagógicas sobre lo que es el Modernismo a través de una serie de características que se van ejemplificando con las obras del propio Ucha y, después, hacer un recorrido más o menos ordenado (el criterio que seguía el estudio era más geográfico que cronológico). De eso hablaré y también intentaremos poner el foco en lo que hay que mirar en cada uno de los edificios. Una vez vistas las características generales, enfrentarse a cada uno de los edificios principales y saber dónde hay que mirar, tanto los que lo hagan por primera vez como los que no, pues a veces desconocemos lo que tenemos delante. 

Porque, en el caso de Ucha, ¿la grandeza está en los detalles?

Sí, sobre todo en eso. Nosotros nos vamos a fijar en su etapa modernista, lógicamente, pues es el periodo en el que más detalles podemos apreciar, donde más rasgos de estilo podemos ver. La obra de Ucha es inabarcable porque vivió mucho y trabajó muchos años, pero básicamente nos vamos a centrar en el Modernismo y en los ecos de este que puede haber en la etapa posterior, el nuevo eclecticismo, que son seguramente los dos momentos en los que la arquitectura de Ucha es más decorativa y con más detalles visibles e interesantes para el espectador desde la calle, pues no son edificios públicos, pero en el exterior tienen muchísimos elementos para hacerlos interesantes.

¿El Modernismo tiene la impronta que tiene en la ciudad por el trabajo de Ucha o las propias tendencias del momento habrían hecho inevitable que la tuviese sin él?

Hay obras modernistas que no son suyas, como el dispensario antituberculoso, en la calle del Sol, y alguna otra, pero sí es verdad que en Ferrol la arquitectura modernista es una arquitectura de autor por la importancia de la figura de Ucha, por la relevancia que tuvo, no solo en esa, sino en muchas otras etapas. Sí es cierto que, además, se daban unas circunstancias socioeconómicas para que el Modernismo sí arraigase. Es una etapa buena para la ciudad, con una cierta burguesía, que al final son los principales clientes de los arquitectos modernistas, y se dio la casualidad de que este genio, porque lo es, estuviese en la ciudad tantas décadas.

¿En qué momento se perdió el gusto por la estética en la arquitectura?

Uff, eso sería para abordarlo con calma... Es verdad que eso se pierde porque, efectivamente, las cosas van cambiando y eso tiene que ver mucho con las circunstancias históricas. El periodo de entreguerras fue muy duro en Europa y tras la II Guerra Mundial el cambio estético fue radical, por motivos económicos, de liderazgo mundial... La estética cambia, también con el diseño industrial, la depuración de líneas... El Modernismo es, por decirlo de alguna forma, el canto del cisne del esmero estético, de tratar las cosas con una estética más cuidada y con mucha artesanía.