Cerca de un millar de trabajadores de Navantia Ferrol y Fene marcharon ayer por las calles de la ciudad naval para reclamar el desbloqueo de las negociaciones del nuevo convenio colectivo, así como del futuro Plan Industrial de la compañía. La protesta, con una duración aproximada de cuatro horas, formaba parte del calendario de acciones reivindicativas aprobado en asamblea la pasada semana y que tendrá continuidad hoy mismo con un encierro de 24 horas en las instalaciones de la antigua Bazán.
Tal y como explicó el presidente del comité de empresa de Ferrol, Carlos Díaz (MAS), estas medidas de presión coinciden con un nuevo encuentro telemático con la Dirección del grupo naval público para abordar el futuro marco laboral del colectivo. En este sentido, el representante señaló que, en las últimas semanas, parece que hubo “certa intención de avanzar nas negociacións” por parte de los responsables de la compañía, pero las propuestas planteadas por éstos son “totalmente insuficientes”.
“Seguimos coas reivindicacións, como o sistema de promocións, como que hai grupos profesionais que non teñen escalas salariais, que teñen unhas letras pero non unha cantidade económica asignada (...), así como o tema dos novos ingresos”, explicó Díaz. A este respecto, el presidente del comité censuró que a día de hoy hay al menos 400 trabajadores que se encuentran “en formación”, cuando en realidad están “sacando chollo adiante”.
“Nós apostamos por un sistema de promocións que aínda non está definido, mentres que eles ao principio o que falaban era dun sistema por méritos e que os mánagers ou os responsables valoraran quen promociona e quen non”, explicó Díaz, afirmando que la parte social reclama en este sentido un modelo “medible, cuantificable e xusto”.
Profundizando en el problema de las escalas salariales, el presidente del comité explicó que se trata de una situación que se da en todo el grupo, dado que afecta a los técnicos superiores –antiguos y nuevos, sobre un 30% del total del personal de Navantia–, que antes no estaban incluidos en el convenio y, al incorporarse, no se determinaron sus tablas particulares. En el caso de Ferrol serían unos 200 los profesionales que se encuentran en esta coyuntura.
Respecto a las promociones, el representante de los trabajadores detalló que, a día de hoy, no existe un sistema fijo, sino uno temporal o “piloto” implantado cuando se firmó el anterior convenio único que solo establece un porcentaje del 10% del total de la plantilla –y que, por tanto, se asigna por antigüedad, sin ninguna clase de criterio objetivo–.
En este sentido, el presidente del comité insistió en que este nuevo marco laboral busca ser de “organización” y que las potenciales mejoras salariales o beneficios se abordarán en un futuro.
Javier Díaz también hizo referencia al tema de las nuevas incorporaciones –y la salida del personal con más de 40 años cotizados– en su comparecencia ante los medios. Sobre este asunto, el representante explicó que, si bien todas las plazas contempladas en el anterior plan de rejuvenecimiento de las plantillas ya estaban cubiertas, nada se sabía de las 1.500 vacantes anunciadas el año pasado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Aquí non entrou ningún, mentres que noutros centros do grupo si que comezaron [a incorporarlos], e nós o que queremos é asinar, polo que poida pasar, cantas lle tocarían a Ferrol de maneira proporcional, que cada un non perda capacidade”, afirmó Díaz.
Por último, respecto al calendario de movilizaciones, el máximo responsable del comité detalló que, tras el encierro de hoy, se esperará a ver el resultado de la reunión de mañana y, en base a eso, se celebrará el martes una nueva asamblea.
Respecto a la protesta en sí, la salida de la manifestación, programada para las 9.30 horas de la puerta de la antigua Bazán, se retrasó ligeramente por una marcha en el área de Turbinas. Una vez toda la plantilla se congregó en la puerta, enorme marea de profesionales recorrió la avenida de Esteiro hasta la rotonda del Diapasón. De allí, la manifestación, que estuvo acompañada de una fuerte presencia policial pese a su carácter pacífico, accedió a la carretera de Castilla a través de la calle Nueva de Caranza, desplazándose después hasta A Gándara.
En paralelo, los trabajadores de Navantia Fene recorrieron el puente de As Pías y la avenida Nicasio Pérez, uniéndose con sus compañeros de la ciudad naval en la mencionada área industrial.
De este modo, los dos grupos volvieron a recorrer juntos la carretera de Castilla en dirección a la plaza de España. Si bien la idea inicial era continuar por la avenida do Rei hasta Esteiro –y de ahí volver al astillero–, el colectivo decidió realizar una concentración a las puertas del edificio administrativo de la Xunta, en la plaza Amada García. Cabe señalar que, durante este desvío, la presencia policial fue incluso más intensa, con un importante número de agentes bloqueando el acceso a la sede autonómica.
La concentración finalizó sobre las 12.30, con las plantillas volviendo a las factorías.