Las preocupaciones de las comunidades de propietarios de Ferrolterra centraron la reunión que el pasado viernes celebraron los asociados en la zona del Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Galicia –Coafga– con el equipo de gobierno de la entidad, encabezado por su presidenta, Teresa Suárez. En ella destacó uno sobre los demás, la “lentitud” con la que se conceden las licencias para obras de accesibilidad y el temor a que la proliferación de pisos turísticos afecte a la convivencia de las comunidades, entre otros.
“Con estos actos queremos acercarnos a nuestros colegiados para ver qué problemas tienen en la zona”, explica Suárez, que apunta que “estamos muy implicados en la solicitud de permisos, sobre todo para accesibilidad y obras de eficiencia energética. La queja generalizada es la tardanza en la concesión de las licencias. Me comentan que pueden tardar un año o un año y medio, y eso supone un problema muy importante para todos”.
En ese sentido, la presidenta del Coafga destaca que “hay muy pocas empresas de las que podamos tirar para hacer obras y, cuando tenemos la licencia, a lo mejor el presupuesto ya no nos vale porque han pasado seis meses”. A su juicio, “no nos parece lógico que se tarde tanto porque para hacer una obra de accesibilidad necesitas antes de nada un proyecto técnico firmado por un profesional, y eso tendría que ser suficiente para que el proyecto tenga un aval. Si luego hay algo en la obra que no coincide con el proyecto, para eso están los expedientes sancionadores o las correcciones”.
En el encuentro también surgieron temas como las viviendas turísticas o la “okupación”. “Buscamos tener un conocimiento más cercano de la situación en cada zona”, indica Teresa Suárez, que, con todo, resalta que en el primer caso “no hay un problema y, si los hay, no son tanto por la molestia que estén sufriendo en la realidad como por ese efecto espejo que se crea: como todo el mundo está hablando de esto, a ver si nos va a pasar a nosotros, así que vamos a poner la venda antes de la herida. En Galicia, en general, no tenemos esa eclosión turística, salvo algún sitio concreto. Las comunidades lo plantean, pero no puede decirse que haya un problema”, sostiene.
Distinto es el caso, a su juicio, de la “okupación” y, sobre todo, precisa, de la “inquiokupación”. “Sí es una preocupación generalizada” porque, asegura, con la nueva ley “se han pospuesto los desahucios por falta de pago, con lo que tienes que quedarte con el incumplidor hasta que la administración le encuentre una solución habitacional”. Para Suárez, no tiene sentido que “la carga o la responsabilidad de una solución de vivienda a la cual todas las personas, por supuesto, tienen derecho, caiga sobre la espalda del dueño, que en su mayor parte, por cierto, son pequeños propietarios que tienen una o dos viviendas para complementar su renta. En muchos casos, la vulnerabilidad es tanto para una parte como para la otra”.
Por último, la presidenta aboga a nivel interno por una fórmula que permita conciliar la vida familiar con la laboral, y eso conlleva un trabajo “colectivo” para, entre otras cosas, “intentar hacer un esfuerzo que permita hacer las juntas de propietarios en horarios razonables”.