Hace poco más de un año, concretamente el 25 de marzo de 2023, el gobierno local de Ferrol, aún bajo el mando de Ángel Mato, celebraba la reactivación del reloj del palacio consistorial. El mecanismo, de la empresa Viuda de Murua y que data de la década de 1940, presentaba numerosos desperfectos por falta de mantenimiento, además de seguir funcionando mediante un sistema de cuerda –el cual dependía de un funcionario que se había jubilado tiempo atrás–.
A esto se sumó la caída de las manecillas de la esfera que da a la calle María, que se habían desprendido y reposaban en un lateral de la torre. Ante esta coyuntura, el Concello aceptó el ofrecimiento de Francisco Armenteros, Alférez de Navío retirado y relojero, que tras arreglar otros emblemáticos de Ferrol, como el de la puerta del Arsenal, quería que las horas volvieran a sonar en toda su gloria en el centro de la ciudad naval.
No obstante, un año más tarde la alegría de recuperar el céntrico reloj se ha convertido en un tormento para los vecinos de A Magdalena debido a un desajuste en el mismo que hace que no solo suene a deshora, sino también durante toda la noche. Fue la actriz Cristina Moreira, habitante del casco histórico ferrolano, la primera en denunciar públicamente esta situación, aseverando que el resonar de este elemento podía escucharse cada 15 minutos a lo largo de toda la madrugada.
De esta coyuntura también tiene constancia la Asociación de Vecinos de A Magdalena, que ya ha recibido dos quejas diferentes que se le han trasladado al Concello. Como explica su presidente, Pedro Sánz, este problema se lleva dando unas dos semanas y su arreglo es de imperiosa necesidad, pues está perturbando el descanso de los habitantes del centro. “Esto viene sucediendo de vez en cuando”, detalla Sanz, aseverando que, en cuanto recibieron las peticiones de los afectados, “nos pusimos en contacto con el Ayuntamiento en seguida para ver qué estaba sucediendo”.
“Es una locura, porque además es seguido y en el barrio de A Magdalena hay mucha gente mayor y la atención a los mayores es primordial”, sentencia el presidente, que, no obstante, se siente confiado de que se solucionará pronto.
Tras ser cuestionado ayer al respecto de esta coyuntura, el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey, aseguró que el gobierno local “ten constancia” de la misma y que “agora mesmo están en período de estudio as propostas que formulan os veciños” en relación a este desajuste. En este sentido, el Concello ha solicitado un informe “de carácter técnico” para solucionar el problema y “non causar ningún tipo de molestia sonora aos veciños ao mesmo tempo que o reloxo siga funcionando na casa de todos os ferroláns”.
De un modo más concreto, fuentes municipales explicaron que, a día de hoy no hay un contrato de mantenimiento vigente para el reloj, lo que dificulta el arreglo. El problema, al parecer, tiene su origen en un ligero desajuste en el funcionamiento del mismo que, con el paso del tiempo, se va acumulando, de forma que lo que empieza como un retraso de apenas un segundo acaba sumando varios minutos. En lo referente a que suene incluso de madrugada, cuando el dispositivo debería estar silenciado, el Concello no se ha aventurado a ofrecer una explicación hasta que disponga del mencionado informe técnico.
Como ya se señaló, la restauración del reloj de la plaza de Armas corrió a cargo del experto Francisco Armenteros y consistió en varios arreglos y mejoras.
Por un lado, el relojero limpió y engrasó la máquina a conciencia, poniendo especial cuidado en que el péndulo funcionase con precisión, en la medida de lo posible, para que no se desajustasen ninguna de las caras de la torre consistorial. Por otro, Armenteros instaló un motor para controlar la subida del peso que pone en marcha el mecanismo, evitando así tener que darle cuerda de forma periódica, además de colocar un par de topes para que este elemento no suba o baje más de la cuenta. A esto habría que sumarle la restauración de las agujas caídas de la esfera de la calle María, que, al contrario de otras que seguían en su sitio eran de las originales. Para ello, el maestro cubrió con chapa los agujeros que se habían formado con el paso del tiempo y aplicó plomo en las mismas para ajustar su peso.
Finalmente, el entonces regidor, Ángel Mato, propuso, durante la puesta en marcha tras el arreglo, una serie de “mejoras” para el reloj. Solicitarle a Navantia el desarrollo de un cerco para las esferas, una plantilla de espadín para ayudar a “compensarlo” o una caja de metacrilato para proteger la maquina fueron algunas de las ideas planteadas en su momento. Lamentablemente, con el cambio de gobierno y la necesidad de realizar otras intervenciones más urgentes, estas iniciativas no llegaron a fructificar.