El cuarteto que integra a la agrupación Veintiuno, gestada en territorio toledano, vuelve a la comarca de Ferrol después de su exitoso paso por el Nachiños Fest de 2021. Esta vez actuarán en la ciudad con motivo de las fiestas, en una sesión abierta y gratuita, que empezará a resonar, a las 22.00 horas del domingo, en la Praza de Armas.

La última incorporación al grupo fue la guitarra de Rafa Pachón, un instrumento que comparte con el cantante y teclista Diego Arroyo. El equipo se completa con el bajo de Yago Banet , así como con la batería y percusión a manos de Pepe Narváez.

“Cuando me mudé de Coruña para Toledo, que conocí allí a los chicos, yo tendría doce años”, rememora Yago Banet, que expresó su particular ilusión por este concierto debido a que guarda recuerdos de su infancia tomando arroz con leche en la misma plaza en la que actuará.

Así pues, la historia de Veintiuno está ligada a su lugar de origen, donde los músicos se fueron poniendo cara en entornos como el conservatorio o los locales de ensayo, antes de fomalizarse. “Éramos un grupo de colegas en un garaje en Toledo haciendo ruido y canciones”, sigue Banet.

La película “Veintiún gramos” está detrás del nombre de la formación, puesto que los miembros se inspiraron en los experimentos de MacDougall, que concluyeron esa cifra como el peso que debería corresponder al alma.

A pesar de que también actuaron en Argentina en febrero, este año los artistas realizan una intensa gira por el territorio nacional con su último trabajo, “El arte de perder”. Este disco será el protagonista del domingo en Ferrol, aunque también interpretarán alguno de los singles más recientes y repertorio anterior.

“El arte de perder” arrasó en las ventas de discos, que ya están agotados. Se trata de una obra que “habla sobre las bandas”, puesto que observan la tendencia en la industria musical actual a valorar más a los solistas. Con este trabajo, los creadores demuestran que “si lo haces con tus amigos no es tanta palmada”, expuso el bajista, que aclara que no se trata de una carencia en el panorama, demostrable con los integrantes de los carteles, sino que ponen el foco en el sector industrial y del “mainstream”.

“Lo que nos da morbo es hacer letras intensas que cuenten una historia”, relata Yago Banet, que atribuye el concepto de “terrorista emocional” para las letras, combinadas con “ritmos que te hagan bailar”, continuó.