Madrid, Cataluña y Andalucía han ganado más de dos millones de habitantes cada una y casi 6,5 millones entre las tres desde que son autonomías, mientras Asturias, Castilla y León, Galicia y Extremadura han perdido en conjunto 443.000 residentes desde que se convirtieron en comunidades, más de 100.000 solo en Galicia.
La comparación entre el último dato de población facilitado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a 1 de enero de 2024, y el número de habitantes de cada provincia en la fecha -lo más aproximada posible- en que echó a andar su comunidad permite dibujar dos Españas demográficamente muy diferentes en estas más de cuatro décadas de Estado de las autonomías.
Una es la España que gana población, formada fundamentalmente por las comunidades insulares, casi todas las provincias del arco mediterráneo y Madrid, Guadalajara, Toledo, Navarra y Áraba/Álava y otra la España que pierde habitantes o no los gana al ritmo que la media del país, localizada en el tercio noroeste y el este y sur interiores.
Por comunidades, entre las primeras destacan en cifras absolutas Madrid, con 2.222.683 habitantes más desde que se constituyó en comunidad autónoma en febrero de 1983; Cataluña, con 2.145.610 más desde finales de 1979; Andalucía, con 2.122.129 residentes más que a finales de 1981; y la Comunidad Valenciana, con 1.626.741 más que en el verano de 1982.
En porcentaje, Baleares ha visto crecer su población nada menos que un 83,5 % en sus 41 años como comunidad autónoma, Murcia un 61,5 %, Canarias un 60,9 %, Madrid un 46,5 %, la Comunidad Valenciana un 44,1 %, Cataluña un 36,5 %, Andalucía un 32,6 % y Navarra un 32,2 %.
Todas ellas han aumentado sus habitantes por encima de la media de lo que lo ha hecho el conjunto del Estado en los mismos años: Baleares 56,2 puntos porcentuales más; Murcia 33,3; Canarias 32,6; Madrid 19,2; la Comunidad Valenciana 15,8; Cataluña 6,4; Andalucía 4,4; y Navarra 4 puntos más.
También han crecido en población, pero menos que la media del conjunto del país en los mismo años transcurridos desde la aprobación de su estatuto Castilla-La Mancha (26,9 %, -1,4 puntos menos que la media), La Rioja (26,5 %, -1,8 puntos), Cantabria (14,5 %, -13,8 puntos), Aragón (12,3 %, -16,0 puntos) y País Vasco (5,0 %, -25,1 puntos).
En el lado opuesto, el tercio noroeste peninsular no dejó de perder habitantes con la llegada del Estado de las autonomías: Castilla y León ha perdido 200.033 habitantes desde que se constituyó en comunidad autónoma en febrero de 1983, Asturias 121.624 desde enero de 1982, Galicia 106.898 desde abril de 1981 y Extremadura 15.136 también desde febrero del 83.
La mayor caída en porcentaje ha sido la de Asturias (-10,7 %), por delante de Castilla y León (-7,7 %), Galicia (-3,8 %) y Extremadura (-1,4 %).
Si se compara con el incremento de la población del conjunto del Estado en los mismos años, el descenso en Asturias ha sido 39 puntos mayor, en Castilla y León 35 puntos, en Galicia 32,4 y en Extremadura 28,7.
Por provincias, las que más población han ganado en términos relativos desde que se constituyeron sus comunidades autónomas han sido Guadalajara, que casi ha duplicado sus habitantes (94,3 % más), Almería (83,5 %), Girona (77,8 %), Tarragona (71 %), Málaga (70,2 %) y Alicante/Alacant (70,1 %).
Por el contrario, las que más población se han dejado en el período equivalente han sido Ourense (-28,8 %), Zamora (-26,3 %) y Lugo (-19,84 %).