Emmanuel Macron cerró este lunes un intenso día de consultas políticas destinadas a intentar buscar un consenso mínimo en torno a un primer ministro que pueda sobrevivir a una moción de censura en la Asamblea Nacional.
El presidente francés terminó con un encuentro con el primer ministro en funciones, Gabriel Attal, una ajetreada jornada en la que también se reunió en el Elíseo con sus dos predecesores en la jefatura del Estado, el socialista François Hollande y el conservador Nicolas Sarkozy.
Macron abrió la jornada con Bernard Cazeneuve, primer ministro y ministro con Hollande aunque ha dejado el Partido Socialista (PS), y que es el hombre que parecía encabezar hasta hoy la lista del presidente para encabezar el Ejecutivo.
Además, Macron se reunió con el presidente de la región de Altos de Francia (norte), el conservador Xavier Bertrand, y con el líder centrista François Bayrou, uno de los principales aliados políticos del presidente.
Con Cazeneuve como favorito en las apuestas si Macron apuesta por probar la vía del centro-izquierda, Bertrand sería otra opción si el presidente opta por una orientación de centro-derecha.
Todas las reuniones han tenido lugar entre el más estricto silencio de todas las partes, ya que ni el Elíseo permitió el acceso de la prensa a su patio ni los interlocutores del presidente han realizado declaraciones a la salida.
Por ello, no hay ningún indicio de cuándo el presidente podría anunciar su decisión sobre el primer ministro, mientras Francia se acerca a su récord con un Gobierno en funciones durante la V República.
Entretanto, varios medios franceses señalaron que una nueva posibilidad "muy seria" para el puesto de primer ministro sería Thierry Beaudet, actual presidente del Consejo Económico, Social y Medioambiental (CESE).
Beaudet es un hombre centrado en la economía social y que podría cumplir el rol de un jefe de Gobierno técnico hasta que puedan repetirse las elecciones legislativas en julio del año próximo.
Sin embargo, no está claro si la filtración de su nombre significa una intención real del presidente de nombrarle o es simplemente un globo sonda para probar la hipotética aceptación de su figura.
Hasta que surgió el nombre de Beaudet, el favorito parecía ser Cazeneuve, como una alternativa de Macron a favor de una izquierda muy moderada frente a Lucie Castets, la primera ministra que quiere imponer desde hace mes y medio, pero sin éxito, la coalición de izquierda del Nuevo Frente Popular (NFP).
Cazeneuve, que fue ministro y luego primer ministro durante el mandato de Hollande (2012-2017) -y que más tarde dejó el PS, sobre todo por sus divergencias con la nueva dirección por su acercamiento con La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon- se percibe como una tentativa del jefe del Estado para hacer saltar por los aires la alianza izquierdista.
Sea cual sea el elegido por Macron, tendrá que afrontar una Asamblea Nacional muy dividida y sin mayorías claras, un auténtico rompecabezas, con amenazas de mociones de censura cruzadas entre los tres grandes bloques (ultraderecha, macronismo y alianza de izquierdas).
Las consultas de Macron con partidos y grupos parlamentarios comenzaron el 23 de agosto pero, salvo rechazar la opción de Castets que proponía el NFP, el presidente no ha tomado ninguna decisión, entre las críticas de parte de la oposición que lo acusan de excederse en sus funciones por tratar de tejer alianzas parlamentarias, una labor que, en teoría, corresponde al jefe del Gobierno.
El primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, advirtió esta mañana de que el NFP apoyará una moción de censura contra "cualquier continuidad con el macronismo".
Faure señaló más tarde en declaraciones a FranceInfo que la cuestión del primer ministro, sea quien sea, es "¿para hacer qué? (...) Nos dan nombres y queremos un proyecto".
Sobre Beaudet, el líder socialista reconoció: "Desconozco cuáles son las opciones políticas que defiende".