Starmer convoca otra reunión de crisis mientras el Reino Unido se prepara para más violencia

Starmer convoca otra reunión de crisis mientras el Reino Unido se prepara para más violencia
Keir Starmer / EFE

El primer ministro británico, Keir Starmer, convocó de nuevo este martes al gabinete de emergencia a una segunda reunión de crisis -más conocida como COBRA- para atajar con nuevas medidas la oleada de violencia que asola al Reino Unido mientras el país afronta más disturbios en los próximos días.
La reunión se produce en la víspera de lo que la policía espera que sea un "gran día" de revueltas violentas, tras identificar más de 30 manifestaciones convocadas este miércoles por grupos de ultraderecha en las inmediaciones de centros de inmigración en diferentes ciudades del país, así como en varias partes de Londres.


Al término de la primera reunión de emergencia, albergada este lunes, Starmer anunció la creación de una unidad permanente de 400 agentes de policía especializados para lidiar con disturbios violentos como los acontecidos en la última semana y que se han saldado con alrededor de 400 detenidos hasta el momento, según los datos esgrimidos por el Consejo de Jefes de Policía británico.


Asimismo, Starmer insistió en que "caerá todo el peso de la ley" sobre los responsables de la violencia, y el director de la Fiscalía, Stephen Parkinson, aseguró en BBC que podrán enfrentarse a cargos de "terrorismo", incluidos aquellos cometan delitos en internet, en referencia a aquellos usuarios que instigan la violencia a través de las redes sociales.


En concreto, Jordan Parlour, de 28 años fue acusado este martes de "intentar incitar al odio racial" por unas publicaciones en Facebook relacionadas con los disturbios en Inglaterra e Irlanda del Norte en las que se utilizaban palabras y comportamientos amenazantes, según apuntó la Fiscalía británica.


"¡Arrestado por hacer comentarios en Facebook! ¿Esto es el Reino Unido o la Unión Soviética?", escribió este martes en referencia al caso de Parlour el CEO de la red social X (antes Twitter), Elon Musk, en una de las numerosas publicaciones que ha lanzado a lo largo del día sobre la violencia en el país británico, algunas con interpelaciones directas al propio Keir Starmer.


"La guerra civil es inevitable", escribió Musk el 4 de agosto en respuesta a un tuit que mostraba un vídeo de uno de los altercados y que provocó la respuesta de Downing Street a través de un portavoz que señaló que "no hay justificación" para comentarios como el del gurú tecnológico y que los responsables de la violencia son una pequeña minoría que no representa al Reino Unido.


Los disturbios de esta última semana en muchas ciudades británicas, entre ellas Liverpool, Rotherham, Sunderland o Londres fueron promovidas a través de las redes sociales por grupos extremistas de ultraderecha y anti-inmigración como la denominada Liga de Defensa Inglesa (EDL, en inglés) o los neonazis de Alternativa Patriota (PA), entre otros, que se preparan para nuevas concentraciones en los próximos días.
"Parece haber muchas protestas falsas o mal planificadas en lugares con gran presencia de inmigrantes, esto alentará a las minorías de baja cultura a actuar (...) y no querrás estar en el lado equivocado de una turba con machetes", alertó el grupo extremista Traditional Britain Group a través de Telegram, que aconsejó a aquellos miembros que pretendan acudir a las manifestaciones "estar preparados, ser cautelosos y mantenerse a salvo".


La escalada de violencia en el país comenzó hace más de una semana, tras el acuchillamiento múltiple sucedido el 29 de julio en Southport, al noroeste de Inglaterra, en el que murieron tres niñas y donde ocho menores y dos adultos resultaron heridos después de que un joven de 17 años entrase en un centro recreativo de la localidad y atacase a los asistentes de un taller de yoga.


La identidad racial y la fe religiosa del autor del ataque, Axel Rudakubana, nacido en Gales de padres ruandeses -y ya acusado de asesinato y encarcelado a la espera de juicio- suscitó numerosas especulaciones y desinformación, con bulos que indicaban que el agresor había llegado al Reino Unido en patera a través del Canal de la Mancha, y que algunos medios locales sugieren que provenían de páginas webs conectadas con Rusia. 

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