And the Oscar goes to...

Decía yo el otro día por aquí que no eres nadie si no estás en las redes sociales. Bueno, si estás en ellas en un santiamén también puedes pasar a ser nadie. No sé si me estoy liando un poco, pero algo así le ha pasado a Karla Sofía Gascón. La actriz trans española nominada a los Oscar por “Emilia Pérez” ha pasado del cielo woke al infierno woke al salir a relucir algunos de sus tuits en los que no dejaba títere con cabeza. Porque lo que no podemos criticarle a Karla es que se calle. No, no. Ella dispara a todo lo que es sagrado, sin ningún tipo de concesión, como un pistolero del Lejano Oeste. Al vicepresidente de Galapagar le obsequió con un par de insultos apañados en la época del COVID, mientras su mujer la viajera Irene felicitaba a la actriz por la nominación. El presidente del gobierno no se libró tampoco de su furia titánica, pero eso era antes del wokismo, ahora tocaba ser educada y como nadie sabía que Karla escondía dentro un ser con palillo, carajillo y bar de serrín, el presidente lo felicitó por su nominación inconsciente de sus actos impuros. Y ella respondió encantada. Poderoso caballero.


La colección de tuits imparables de Karla es coronada con una crítica bastante mordaz a su compañera de reparto en la película, Selena Gómez. Selena es muy famosa y muy woke, con tendencia a la lloradera en redes para sentirse mejor, así que dudo mucho que le haya sentado nada bien saber que su nueva amiga en el pasado la llamaba “rata”. La gracia de todo este delirio es que hasta hace dos días Karla era el centro de lo woke, un pastel deseado por todos, encumbrada por ser transexual en una película que se podría denominar delirante cuanto menos. Va de un narco mexicano malísimo pero buen padre que quiere cambiar de vida y convertirse en mujer, osea, un ser de luz divina. Para ello contrata a una abogada que le lleva todo el camino de conversión. 


Uno de los números más desternillantes de la película es cuando consulta a un cirujano plástico sobre las operaciones y todo se ponen a cantar “vaginoplastia, mamoplastia” con alegría contagiosa. Y por un módico precio te rebajo la nuez de Adán. Luego Selena también canturrea y se expresa en un español abstracto que enfadó bastante a los mexicanos. Bueno, la película enfadó bastante a los mexicanos, todo hay que decirlo. Tanto que han rodado una especie de venganza riéndose de los franceses.


El director de Emilia Pérez tampoco ayudó al decir que el español es un idioma algo así como de países pobres, lo que provocó las iras de los españoles también. Así que ahora tenemos enfadados a los de la academia de los Oscar, a los mexicanos, a los brasileños, a los españoles, a los islamistas (esos viven siempre enfadados) a las feministas, al presidente, al ex vicepresidente, a Irene (también siempre enfadada), a los independentistas catalanes, a los que aman los musicales, a Selena Gómez y así hasta completar una lista interminable de los tuits de Karla, que de villana ha pasado a heroína y de heroína a villana a la vez en un plot twist que solo nos puede dar España. España siempre sirviendo al mundo, aun en nuestros malos momentos podemos brillar en Hollywood. Esperando que el Oscar se venga para casa, Karla nos puede dar muchos momentos de gloria.

And the Oscar goes to...

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