Comenzaré diciendo que, tal como están en España ahora mismo ciertas noticias, comentarios, bulos..., por no entrar en los fangos, a los más lamentables altos niveles políticos con repercusión a lo social, lo económico, lo jurídico..., se comprenderá que uno ya no puede negar ni afirmar nada. Se tiene que limitar a comentar lo que oye.
Y es verdad que cada día, casi cada instante, se oyen cosas que a veces repugnan y las más no quisieran oír.
Pues, al hilo de eso que se oye, llegó recientemente a mis oídos el comentario de que Maduro, el presidente venezolano, le regala a Rodríguez Zapatero, expresidente español, una mina de plata: ¿relaciones familiares, amistosas, políticas, mixtas? Por lo que fuere que ahí, de eso ya no oí.
Pero me consta que tienen muy buenas relaciones, como se desprende y es público y notorio, de las múltiples noticias nacionales e internacionales.
Y un hecho muy relevante, entre otros que sería farragoso comentar, hace pensar en esa “sintonía” entre ambos personajes: en las últimas elecciones venezolanas, encontrándose en Caracas Zapatero, aterrizaron en suelo venezolano otras personas españolas que, al parecer, iban a ser testigos de los resultados y de la pureza en las tales elecciones; pues como no eran afines, al parecer, al régimen de Maduro tuvieron que dar vuelta a España desde el mismo aeropuerto. Esto en su día fue muy comentado en distintos medios.
Pero servidor desde que oí la noticia de lo del regalo de la mina de plata, del verano a esta parte, no paré de pensar, (pues uno a pesar de las canas sigue pensando): ¿Será lo del comentario escuchado una metáfora auténtica? Porque, podría serlo. Y, en ese caso, yo no diría que es una mina de plata, sino una “mina de oro” lo que, según todas las noticias, le viene regalando el señor Maduro a su allegadísimo amigo el señor Zapatero. Y ¿por qué?
Pues porque, también según las noticias, lo tiene como en allegada sintonía filosófico-política “bebiendo” de sus principios y sirviéndole como de “embajador” para España y para Europa en todo cuánto -parece ser- le interesa. Que no es poco.
Y no niego que esa relación y esos mensajes más o menos subrepticios o callados puedan haber influido en el presidente actual de España, don Pedro Sánchez, del que el señor Zapatero parece ser, políticamente, uña y carne, para que en las Cortes Generales de España “no apoyara la candidatura” del que dicen ganó las elecciones en Venezuela, el señor Edmundo. Si ello es así, digo por lo mismo, que Maduro tiene en Zapatero una verdadera mina de oro. Dicho lo cual me despido recordando el refrán de si el río suena, agua lleva.