Alfonso Rueda se mostró sobrado cuando dijo a la prensa que no le interesaba una quita a la deuda de 4.582 euros por gallego porque era la excusa para hacer lo mismo con la deuda catalana, añadiendo algo tan obvio como que Galicia tenía que estar bien financiada. El caso es que en su visita a la Moncloa pidió fondos para proyectos industriales, pero delegó los que quiere para financiar la sanidad, educación y otros servicios, en un acuerdo conjunto con las demás comunidades. Veremos cómo evoluciona todo esto cuando la oferta del gobierno se aproxime a los 300 millones de euros, recibiendo Andalucía, Murcia y otras autonomías propuestas en la misma línea, porque será difícil explicar a sus administrados cómo boicotean el acuerdo para no enemistarse con la presidenta madrileña, máxime si, como sospecho, el encaje financiero catalán queda en una mejora importante, pero dentro de la legalidad.