Sota, Caballo y Rey

En el mundo occidental desarrollado se están produciendo grandes cambios en materia de valores y posturas socio-políticas. Nos gusten más o nos gusten menos no deja de ser una realidad que está ahí.


Lo cierto es que el relato dominante magnifica el “yo” sobre todas las cosas, situando al individuo en el centro y la sociedad en la periferia. Como si esta última fuera un elemento marginal sin apenas valor.


Los que promueven semejante visión intentan disfrazar las cosas, poniendo en valor el egoísmo, la envidia, el individualismo, el narcisismo y la insolidaridad. Tal parece que nos quieren decir que apoyándonos  en estas “cualidades” vamos a construir un mundo mejor.


De tal filosofía se desprende que todo lo que puede producir ganancia es vendible o negociable, incluyendo los principios. Dando por sentado que eso es parte de la naturaleza humana y que, por lo tanto, cada persona tiene un precio. En román paladino, quieren decir que no existen personas honestas.


Los alquimistas sociales que promueven estas ideas se dedican a transformar el pensamiento colectivo jugando con palabras, frases descontextualizadas, sentimientos, emociones. Su “misión” es convertir la mentira en una verdad incuestionable cuyo éxito está en repetirla muchas veces. Aunque eso sería otro tema.


Las palabras poseen mucha fuerza. Para bien o para mal pueden cambiar la realidad, transformándola. Pueden humanizar la sociedad o destruirla, promoviendo la justicia y la convivencia o inyectar odio, división y conflicto.


La pluma como arma es mucho más letal que cualquier ejército, por poderoso que este sea, porque sin pegar un solo tiro es capaz de doblegar voluntades, transformar mentes o seducir a millones de personas para una causa. Aunque sea una causa nos lleve al abismo.  


Tan peligrosa es que hoy la sociedad está comprando relatos que no se ajustan a la realidad, algunos incluso son puras mentiras. Nos están construyendo una realidad paralela donde solo se pueden elegir sota, caballo o rey. Y lo curioso es que en la tesitura actual las tres cartas valen lo mismo.      


A primera vista no parece difícil descubrir cosas tan simples, sin embargo, no todo el mundo es capaz. ¿Por qué? Porque en nuestra sociedad se extinguió el pensamiento crítico, incluso el análisis más elemental.


La sociedad ha sido infantilizada, además de estar sufriendo carencias culturales muy serias, quizá causadas por un sistema educativo mutilado, cercenado, incluyendo el universitario, se está comportando de una manera inmadura, pueril.


Uno cavila que estas cosas no son fruto de la casualidad o para favorecer conocimientos académicos, y mucho menos para enseñar a pensar, sino para ejercer el control social y así poder manipular la parroquia.


Una sociedad infantilizada, con sesgos culturales graves como los que estamos observando, es capaz de comerse o tragarse cualquier cuento o relato. Y eso es algo que podemos verlo día a día.  


La mente humana es moldeable, impresionable, por lo tanto, manipulable. Lo cual quiere decir que, aplicando ciertas técnicas de cualquier manual basura de psicología social, y utilizando los medios audiovisuales disponibles de hoy en día, no es difícil cambiar la escala de valores de cualquier sociedad.


Destruidos los valores que la protegen, costumbres, tradiciones, idioma, literatura, música, historia, ya no habrá nada al cual agarrarse.


Solo quedará un gran vacío. Un vacío que será llenado por el nuevo relato.


Es obvio que la pasividad social existente de hoy en día está relacionada directamente con ese vacío cultural y el llenado del cual estamos hablando. Un cambio que no surgió por arte de birlibirloque, sino que hay detalles que indican que fue impulsado por intereses que no alcanzamos a entender.  


La sensación es como si nos hubieran encerrado en una suerte de caverna platónica, creándonos una ilusión óptica. Con lo cual los dueños de la caverna deben sentirse felices, pues la mayoría social que la habita cree de verdad que controla su destino.


Lo más preocupante es que en cualquier momento esos creyentes pueden volverse peligrosos, conduciendo a la caverna a una situación que con solo imaginarla produce escalofríos. 

Sota, Caballo y Rey

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