Depresión y deterioro cognitivo: conocer para prevenir

Depresión y deterioro cognitivo: conocer para prevenir
Una de las usuarias del centro de día Activo ReCréate La Plaza. I CEDIDA

La identificación del origen de las enfermedades en la investigación médica es fundamental, pues nos permite adelantarnos a posibles problemas de salud. Definir los factores de riesgo nos ayuda a desarrollar planes de acción más precisos y efectivos. En geriatría, la depresión puede tener un profundo impacto en la función cognitiva, a menudo conduciendo a un deterioro cognitivo en las personas afectadas.


No es sorprendente que los pacientes con un diagnóstico de depresión de larga evolución terminen sufriendo deterioro cognitivo. Sin embargo, ¿es esto siempre así? Las investigaciones muestran una relación compleja entre la depresión y el deterioro cognitivo. Algunos estudios sugieren que la depresión puede preceder al deterioro cognitivo leve (DCL), actuando como un factor de riesgo o predictor.


Los adultos mayores diagnosticados con depresión son particularmente vulnerables al deterioro cognitivo. Los síntomas emocionales asociados con la depresión pueden afectar negativamente las capacidades cognitivas. Las personas con depresión a menudo se sienten olvidadizas y enfrentan desafíos cognitivos, como despistes, dificultad para concentrarse y apatía, lo que indica un impacto directo de la depresión en las capacidades cognitivas. Además, la falta de actividad cognitiva, física y social puede agravar el declive.

 

Diariamente, nos encontramos con personas mayores que, al ser diagnosticadas con depresión o deterioro cognitivo leve, se recluyen en sus hogares. En muchos casos, las familias retrasan la búsqueda de recursos terapéuticos, confiando únicamente en la perspectiva farmacológica. En pocos meses, la calidad de vida y el nivel de independencia de estos mayores disminuyen considerablemente, generando una sobrecarga en su entorno y haciendo difícil el abordaje sin un soporte profesional.

 

“Es esencial actuar cuanto antes y realizar un tratamiento integral de los pacientes con depresión, así como estrategias personalizadas que aborden ambas condiciones. Es crucial prevenir el deterioro cognitivo una vez se diagnostica la depresión. Nuestra experiencia en el Centro Activo de Día y en la Unidad de Memoria ReCréate nos demuestra que lo que realmente marca la diferencia es mantener a las personas mayores activas, empoderadas y socialmente implicadas”, afirman desde ReCréate.

 

El manejo del deterioro cognitivo en personas con depresión requiere estrategias de tratamiento personalizadas que fomenten la autonomía y el refuerzo emocional. Las intervenciones conjuntas que promueven el bienestar mental, como la terapia cognitivo-conductual, la estimulación social y los tratamientos farmacológicos, mejoran significativamente la función cognitiva y la calidad de vida de las personas afectadas. Es crucial detectar y abordar estos problemas lo antes posible. “Nuestro equipo de enfermería y geriatría diseña planes de acción para evitar que esto suceda”, añaden. 

 

La estimulación cognitiva y física juega un papel crucial en el bienestar mental de los adultos mayores, especialmente en el manejo de la depresión. Participar en actividades que estimulan las capacidades cognitivas y promueven el bienestar emocional mejora el estado de ánimo, reduce los síntomas de depresión y disminuye los niveles de ansiedad. Además, en los mayores con deterioro cognitivo, el pronóstico es mejor si se mantienen activos. 

 

Acudir a un centro terapéutico como la Unidad Terapéutica ReCréate, que aborde estas necesidades, es imprescindible para evitar el deterioro de la salud de las personas mayores y mejorar los cuidados que sus familias les pueden proporcionar. Un centro dotado de planes específicos para trabajar el área física, cognitiva, emocional y social garantiza un abordaje adecuado.

 

No solo la estimulación cognitiva brinda estos beneficios, sino que el ejercicio físico también promueve hábitos de autocuidado y mejora la autoestima, liberando endorfinas que actúan como analgésicos naturales y contribuyen a la sensación de placer y bienestar. La actividad física frecuente ayuda a aliviar los síntomas de la depresión, mejora la movilidad, la fuerza y el equilibrio.
 

“Nuestra experiencia nos demuestra que la actividad marca la diferencia entre una vida con dependencia y sobrecarga familiar y una vida con calidad y autonomía. En conclusión, una vida activa ayuda a mejorar los síntomas de depresión y a reducir el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo. Es vital trabajar en estrategias de prevención y acción, evitando ignorar las necesidades de los pacientes hasta que se vuelvan difíciles de gestionar en el entorno familiar”, destacan. 

 

El centro de día Activo ReCréate La Plaza, ubicado en la plaza Alfonso XIII, 7, bajo, en A Coruña, ofrece un entorno idóneo para implementar estas estrategias, promoviendo la salud integral de los mayores y el bienestar de sus familias.

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