La combinación de exposición solar y ciertos tratamientos farmacológicos puede provocar problemas en la piel, por lo que hay que ser cuidadoso y consultar con el médico en el momento de la prescripción de los medicamentos o leyendo con detenimiento el prospecto del fármaco.
“La fotosensibilidad es una reacción anormal a la exposición solar en las zonas expuestas a la luz al estar tomando un determinado medicamento”, explica el doctor Óscar Suárez, dermatólogo del Hospital Ribera Juan Cardona.
“La lista de medicamentos que pueden producir fotosensibilidad es amplia, pero con algunos tipos de fármacos el riesgo es más alto. Algunos ejemplos serían la doxiciclina, un tratamiento oral de uso frecuente para el acné, o la hidroclorotiazida, que es un diurético”, indica.
“Lo más importante es las personas estén al tanto de que esto puede ocurrir con su tratamiento, por lo que deben preguntar al médico que se lo recetó y leer los prospectos, y en caso necesario tomar las medidas de prevención adecuadas”, señala.
El especialista del Hospital Ribera Juan Cardona recuerda la importancia de no descuidar la fotoprotección ni cuando se está moreno ni después del verano. La piel tiene memoria y los efectos nocivos del sol se acumulan con el tiempo, de ahí la importancia de cuidarla diariamente a lo largo de toda nuestra vida.
“Deberíamos aplicar fotoprotector solar desde la infancia, a lo largo de toda la vida y todos los días independientemente de que llueva o haga sol”, recomienda el doctor. Cuanto antes se adquiera el hábito de aplicarse fotoprotección solar a diario, mejor será la salud de la piel en la edad adulta.
Aunque mucha gente asegura tener “alergia al sol”, en realidad, éste es un término poco específico que no existe como diagnóstico.
“Es un concepto bastante “genérico” que engloba varias entidades. La más frecuente es la denominada Erupción Polimorfa Lumínica”, explica el doctor Suárez. “Consiste en una ‘alergia cutánea’ inducida por la exposición solar, que aparece generalmente al final de la primavera o al principio del verano, se localiza en zonas que durante el resto del año no están expuestas a la luz y tiende a repetir durante años, siempre en la misma época”.
“Habitualmente son granos o vesículas, de pequeño tamaño, color rojo y que característicamente suelen picar. Tienden a desaparecer según la piel se adapta a la exposición solar más prolongada. Para prevenir su aparición, se aconseja que las primeras exposiciones al sol sean cortas y reforzando la fotoprotección”, recomienda el doctor Suárez.