El 72 % de los españoles está a favor de que se prohíba fumar en las terrazas de bares y restaurantes y un 28,2 % ampliaría la restricción hasta 8 metros alrededor de las mismas, según la encuesta de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC).
La encuesta, presentada en la 23 edición de la Semana Sin Humo y realizada sobre una muestra de 6.302 personas entre el 1 de marzo y el 12 de mayo, también constata que el 85,5 % de los encuestados es partidario de que se amplíe la legislación sobre espacios libres de humo de tabaco y el 84 % reconoce sentirse expuesto al humo.
Si un 72 % es partidario de prohibir fumar en terrazas, al 56,8 % le gustaría extender la restricción a espacios públicos abiertos; el 54 % incluiría las playas; el 43,6 %, los coches de particulares y el 24,2 %, prohibiría consumir tabaco en la calle.
La encuesta también analiza la percepción de exposición al humo del tabaco en las terrazas, un espacio significativo de ocio con la pandemia.
El 80,6 % de los no fumadores y el 71,8 % de los exfumadores se siente expuesto a los efectos perjudiciales del humo de tabaco en las terrazas.
La encuesta también revela el perfil de quienes tienen este hábito. El 83,7 % de los encuestados no fuma frente a un 16,3 % que se declara fumador, de los que 9,9 % consume a diario y un 6,4 % de forma ocasional.
Los cigarrillos ya elaborados constituyen la forma de consumo habitual, seguida por el tabaco de liar. En menor proporción se sitúa el tabaco mezclado con cannabis, los cigarrillos electrónicos, los puros, el dispositivo de tabaco calentado y la pipa tradicional.
En rueda de prensa, la presidenta de la semFYC, María Fernández, ha considerado que la encuesta revela que hay un clima social favorable para ampliar las prohibiciones y que este es un momento "idóneo para avanzar".
Además, con la encuesta se pretende dar un impulso para que la nueva ley de tabaco, aún en fase de borrador, se pueda aprobar este año.
Para reducir el consumo de tabaco, las medidas más apoyadas por los encuestados son la intensificación de medidas educativas en un 81,5 %, seguida de la eliminación de la publicidad encubierta en cine, teatro y televisión(59,2 %) y la regulación sobre publicidad y espacios sin humo a los nuevos dispositivos como cachimbas, cigarrillos electrónicos o dispositivos de tabaco calentado, con un 56,8 %.