El buque mercante “Anna” embarrancó ayer a las 15.35 horas en la bocana de la ría cuando su proa topó con unas rocas próximas a la batería de San Carlos, en una zona muy cercana al castillo de San Felipe, como consecuencia de un problema en el servomotor, el dispositivo que controla el timón. El barco llegaba sin carga y el incidente no produjo ningún vertido de combustible ni de otro material al mar. En apenas tres horas, los remolcadores desplazados a la zona pudieron auxiliar al navío y completar con éxito la operación de puesta a flote para realizar, sin más contratiempos, el camino que restaba hasta el punto de atraque en el Cerramiento Norte de los muelles comerciales del interior de la ría ferrolana.
El “Anna” acudía a Ferrol, procedente de Dinamarca, para realizar la operación de carga de más de 2.300 toneladas de piezas de aerogeneradores. Cuando embarrancó, el buque quedó en línea perpendicular a la de costa, con su proa muy próxima a tierra, pese a lo cual su posición no entorpeció el resto del tráfico marítimo de entrada y salida de la ría, que se siguió desarrollando con normalidad.
El buque, de 126 metros de eslora por 15 de manga y de 7.712 toneladas de peso muerto, fue liberado de las rocas pasadas las seis de la tarde, apenas tres horas después de que quedase atrapado. Para realizar la operación sin esperar a la siguiente pleamar diurna, se deslastró la proa para disminuir su peso. La zona en la que embarrancó el buque es muy rocosa, por lo que el casco sufrió daños que tendrá que reparar. El incidente generó cierta expectación y fueron numerosas las personas que se acercaron a la zona para contemplar el buque y asistir a la operación de reflotamiento.