Superar el fracaso escolar y mejorar la convivencia. Es lo que se está consiguiendo con el “transformador” proyecto educativo de las Comunidades de Aprendizaje. Iniciado hace casi dos décadas, está basado en un conjunto de actuaciones de éxito dirigidas a la transformación social y educativa y gira alrededor de dos factores claves, “las interacciones y la participación de la comunidad” en el proceso de aprendizaje. El máximo impulsor del programa, el catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona Ramón Flecha, participó ayer en una actividad organizada por el Centro de Formación e Recursos (CFR) de Ferrol, dirigida fundamentalmente al profesorado de la comarca y celebrada en el CIFP Ferrolterra.
Bajo el título “Comunidades de aprendizaje: actuaciones educativas de éxito”, el reconocido investigador ofreció una presentación y análisis de algunas de las estrategias educativas que mejoran el rendimiento de los alumnos y alumnas así como el recorrido que un centro educativo ha de seguir para convertirse en una verdadera comunidad de aprendizaje.
Porque, lejos de permanecer ajenos, todos los miembros de la comunidad educativa (profesores, alumnos y familias e incluso personas del entorno social más inmediato) tienen mucho que aportar en aras del éxito escolar. Y se puede hacer a través de diferentes actuaciones, como las que enuncia el propio Flecha: “una de ellas tiene que ver con la organización del aula a través de grupos interactivos, en los que el profesorado se deja ayudar por otras personas adultas, incluso familias, y que mejora la convivencia y el aprendizaje”, explicó.
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También aludió a la formación de las familias. “Se trata de abrir el centro no solo a la formación de los niños, sino también de las familias. En este sentido, tienen un gran éxito las tertulias literarias dialógicas que se desarrollan con los familiares a partir de la lectura de grandes obras de la literatura clásica universal. En ellas, personas de muy diverso perfil comparten diálogos y reflexiones críticas”.
En este sentido, Flecha apuntó que las propias investigaciones científicas han demostrado que las interacciones del alumnado con el resto de agentes sociales implicados en su educación influyen directamente sobre su rendimiento escolar. “Se ha demostrado que los resultados académicos de los niños no dependen tanto del nivel académico alcanzado por las familias como del hecho de que cuando los hijos están escolarizados, también las familias estén haciendo formación”, manifestó Flecha, que en los últimos años ha sido el investigador principal del proyecto Includ-ed –el único Proyecto Integrado del Programa Marco de Investigación de la Comisión Europea que investiga la educación escolar–.
El proyecto de las Comunidades de Aprendizaje cuenta en la actualidad con más de un centenar de centros implicados en 14 comunidades autónomas –uno de ellos en Galicia–. El catedrático se muestra contundente a la hora de hacer un balance del proyecto: “está siendo muy positivo, y hay muchos datos que así lo confirman”, dice. Eso sí, reconoce que el desarrollo del proceso requiere cambiar el “chip” por parte del profesorado.