Después de estos cuatro años últimos en los que los Gobiernos del PP a golpe de mayorías absolutas fueron dilapidando derechos sociales y pisotearon una y otra vez a la clase trabajadora, se nos presentan unas elecciones con muchas incertidumbres por la alta participación que se espera y por la previsible concurrencia de numerosos partidos políticos. Así, ya no sólo la derecha, sino también una izquierda cansada ya de tanto divide y vencerás, han conformado un escenario en el que parece que la tarta se va a cortar en bastantes trozos, igual que un puzzle, aunque para comerla habrá que unir varios trozos. Quizás porque en la diversidad está el gusto, y porque ahora más que nunca una ciudadanía cansada de que sus dirigentes miren sólo por una clase de gente, dice “basta ya”. Y esto se está notando, ya que somos muchísimos más a la hora de revindicar nuestros derechos, prestaciones, servicios y sobre todo, nuestro honor, que se ha visto machacado una y otra vez. Pasamos por una reforma de la Ley del Aborto, porque muchos enfermos no tengan sus tratamientos o que incluso tengan que hacer una burrada de kilómetros al día para recibir una quimioterapia que le ayude a paliar un cáncer. Pasamos por las reformas locales y laborales que trajeron tantos despidos… Y, ¿quién se ha preocupado realmente de que se buscase una solución a tantos trabajadores a los que afectaban estas dos reformas? Los gobiernos socialistas, que son los que han venido actuando de la mejor manera posible para que esos trabajadores, fundamentalmente de los pequeños concellos, mantuvieran su puesto de trabajo pesase a quien le pesase. Porque para eso estamos, para mirar por los obreros; esa es una de nuestras señas de identidad, nunca llamaríamos a ningún jefe para decirle que te tiene que despedir porque lo dice él y punto; eso es digno de políticos de lo más rastrero, que antepone sus personalismos cruzando cualquier tipo de barrera a los de su propio partido para beneficiarse él, pero para paliar todo esto, estamos los socialistas, siempre al servicio de la ciudadanía. Pues esto lleva pasando durante estos cuatro años, persecuciones para colocar a gente de su ámbito a cambio de favorcitos personales. Pero, por desgracia, este país está lleno de valientes que saben alzar la voz y las manos para trabajar. Porque otra cosa no tendremos, pero luchadores y trabajadores somos un rato largo.