La pandemia de coronavirus deja tras de sí, después de casi un año (el primer caso oficial está declarado el 9 de marzo en la estadística revisada) más de dos centenares de muertos y un rastro de dolor, angustia y cansancio imposible de cuantificar. Hasta ayer se comunicaron 208 muertes en las comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal, a las que habría que añadir algunas más de pacientes que resistieron el paso del virus hasta dar negativo en las pruebas pero que fallecieron días o semanas después y el Covid no figura como la causa del deceso.
La primera víctima de la pandemia en la zona está fechada el 22 de marzo. Entonces el virus era un enemigo desconocido, llegado por sorpresa de otras latitudes y dispuesto a dar la vuelta al planeta en pocas semanas. En ese mes murieron en el área sanitaria ferrolana ocho personas. En abril, impactados por un confinamiento durísimo e interminable, entre los aplausos y la zozobra, fallecieron 19 vecinos. Mayo apuntaba hacia la mejoría y se contabilizaron seis muertes, la última, el día 8 de ese mes. 33 óbitos es el balance de la primera ola.
A partir de ahí se vivieron cuatro meses estivales con la amenaza pendiendo sobre nuestras cabezas pero sin registrar fallecimientos. La triste nómina, que convierte cada drama individual y familiar, cada despedida solitaria, en una cifra sin significado, se reanudó el 2 de octubre, avanzando una nueva ola que superaría en víctimas a la anterior. Fueron ocho fallecimientos ese mes, 34 en noviembre y 15 en diciembre. El año terminó con las cifras de contagios y casos de nuevo a la baja pero con la amenaza de un repunte posterior a las vacaciones que se confirmó.
Para entonces, en enero de 2021, el virus era ya una presencia cotidiana. Aun así, la virulencia con la que se extendió en los pasados dos meses superó lo visto hasta la fecha y convirtió la tercera ola en la peor, con diferencia, abocando a toda Galicia a un nuevo confinamiento, más moderado que el de la primavera pasada pero también durísimo para una población agotada.
En enero de 2021 fallecieron con Covid en el área sanitaria 42 personas. Fue el segundo peor mes porque el primero es el que acaba de pasar, febrero, cuando se registraron 74 muertes por coronavirus, casi cuatro veces más que en abril del año pasado. Prácticamente cada día hubo defunciones, aunque a veces se comunicaron con retraso, lo que hacía que se acumularan. Un vistazo a los datos históricos, ya consolidados, indica que el máximo diario se alcanzó el 4 de febrero, cuando se sumaron siete muertes a las del día anterior.
La tercera ola se doblega, las cifras vuelven a tocar suelo y los fallecimientos por Covid se moderan, de forma que en marzo se intercalan días sin muertes con otros en las que se contabiliza uno al cierre de esta edición se habían notificado dos en total en lo que va de mes). Todo ello con la vacunación arrancando con más ánimo, prácticamente al 100% en residencias y progresando en los mayores de 80 años. Este grupo de edad, el de los que tiene más de ocho décadas de vida, es el que concentra la mayoría de las muertes de la pandemia. Son el 71% del total. Una vez que estén todos inmunizados (se les están inoculando dosis de Pfizer, con dos dosis inyectadas en un intervalo de tres semanas), la cara de la pandemia debería empezar a ser otra.