Ayuso se tuvo que levantar ayer con mal pie. Fue ver la moción de censura que Ciudadanos junto al PSOE habían planteado en Murcia y se le cruzó el cable. En Murcia, los socialistas entregarán a la naranja Ana Martínez Vidal la presidencia de la comunidad y aseguran que lo hacen para acabar con la corrupción que, al final, es una buena excusa. Además, en el lote incluyen también el ayuntamiento de la capital y alguno más, pero más pequeños. La cuestión es que esto le olió a cuerno quemado a la presidenta madrileña, que se lió la manta a la cabeza y decidió convocar elecciones temiéndose que la operación sería a escala nacional. Pero erró en su cálculo y, tras su movimiento, PSOE y MásMadrid presentaron mociones de censura que, según la mesa del Parlamento, tendrían que verse antes de la disolución del mismo y, por lo tanto, se anula el movimiento de Ayuso. Vamos, un lío que tuvo su continuidad en el cese de los consejeros de Ciudadanos. Y, ahora se verá primero la moción de censura antes de ir a elecciones o, lo que es lo mismo, que a Ayuso le salió el tiro por la culata y ella misma provocó su suicidio político al actuar a espaldas de las dos formaciones que la tienen que sostener en el poder. Y Casado, perplejo y manteniendo un silencio esclarecedor.