La cosa se nos está yendo de las manos. Aquello de “miembros y miembras” fue glorioso, pero el papelón de la ministra de Igualdad, Irene Montero en un acto preelectoral, en el que se esforzó tanto por utilizar el lenguaje inclusivo que dijo “escuchadas, escuchados y escuchades”. Sería bueno que alguien que esté puesto en esto del respeto absoluto a los géneros explicara en que consiste el uso de esa “e”. Lo mismo, en una próxima intervención, Montero completa el ciclo e incluye “escuchadis y escuchadus”. Al fin y al cabo, también parece discriminatorio dejarse dos vocales fuera.