El inicio de la concentración parcelaria en las parroquias de Covas, Esmelle, Marmancón y Mandiá para acabar con el minifundismo y potenciar el aprovechamiento agrario así como para dotar al rural de pistas de comunicación en los años ochenta llega ahora, más de cuatro décadas después, a su fin, con una situación totalmente diferente a la que se vivía entonces.
Durante estos años han sido muchos los obstáculos surgidos, desde la modificación de las bases de concentración, a informes precisos, obras como las de los accesos al puerto exterior, etc. hasta llegar al punto actual.
El presidente de la coordinadora de AAVV de la Zona Rural, Manuel Sendón, valoró que “se pueda dar por fin carpetazo al proceso” y Juan Canto, que trabajó activamente desde la asociación “A Chousa” de Covas, asegura que todas las demoras son imputables a las administraciones, desde la inicial exclusión de 200 Ha de la parcelaria, que llevaron el proceso a un contencioso, como otras cuestiones que demoraron la concentración.
La concentración en Covas, Esmelle, Marmancón y Mandiá sufrió múltiples retrasos en su tramitación
Ahora, Canto ironiza con que “el listado inicial de propietarios se parece mucho al de los muertos del cementerio”, explicando que la mayoría de los propietarios son ya herederos de los que iniciaron entonces el proceso.
También ha cambiado totalmente el objetivo que entonces se marcaban los dueños de las parcelas, con proyectos como repoblación forestal, explotaciones agrarias conjuntas, etc. que se han ido desvaneciendo con el paso del tiempo, en muchos casos por desesperación.
Canto no duda en culpar al Concello –han pasado múltiples corporaciones desde el principio de la concentración– de la falta de agilización y del desentendimiento del tema, aun cuando afecta a las tres cuartas partes de la zona rural del municipio y a la cuarta parte de la extensión total del ayuntamiento.