El periódico del 31 de julio de 1996 abría su edición con el temor de que ETA pudiera tener todavía infraestructura en Galicia, la falta de presión en el agua de las casas de San Felipe y las diligencias sobre la cantera del Murallón.
El conselleiro de Xustiza, Interior e Relacións Laborais, Xesús Palmou, admitió ayer que el desmantelamiento del comando etarra que actuaba en Pontevedra puede estar aún sin concluir. En este sentido, el conselleiro apuntó que el Ministerio del Interior sigue realizando pesquisas y que una operación de este tipo no se cierra con una detención, sino que tiene que haber investigaciones posteriores. El conselleiro explicó que lo que procedía era investigar y no dar información previa, en relación a las críticas de Francisco Vázquez, que se quejó de no haber sido informado de la existencia del comando y de que él mismo estaba en el punto de mira.
Las asociaciones de vecinos de Vilasanche, Mandiá y Serantes se personarán como acusación particular en el caso de los vertidos hospitalarios en la cantera del Murallón. El concejal delegado de Zona Rural, Mario Caneiro, se reunió ayer con los representantes de las dos primeras entidades vecinales, que pidieron el acondicionamiento de la cantera y la adopción de medidas para evitar que los residuos continúen ardiendo. También demandan el análisis de las fuentes de la zona de manera quincenal.
Se podría decir que los estudiantes de Ferrol demuestran poca iniciativa y más bien un escaso espíritu viajero al ver que, en la lista de 56 alumnos de la Universidad de La Coruña que han obtenido una beca Intercampus para irse a algún centro de América Latina sólo ters pertenecen a este Campus y uno más es un ferrolano que estudia en La Coruña.
La Asociación de Vecinos de San Felipe está intentando solucionar el problema que padecen veinte viviendas de la parroquia, que carecen de agua por la falta de presión de la traída que llega desde Ferrol por la base naval de A Graña. José Pita, responsable de Obras Menores de la entidad vecinal, indicó que la solución que se intenta arbitrar es abastecer a estas casas desde la traída de Cariño, cerrando la válvula que existe en la zona del Cascallar. Sin embargo, alguno de los afectados se muestra disconforme con esta iniciativa y ello está bloqueando la situación. La instalación de enganches particulares para tomar el agua de esta traída supondría un gasto de diez mil pesetas por vivienda.