El 11 de noviembre de 1999, Diario de Ferrol informaba a cuatro columnas de que “el grupo Valencia inicia la construcción de un nuevo hotel con 80 habitaciones”. El establecimiento, del que por entonces solo se veían los cimientos, ocupaba el solar de las conocidas como Casas de Cachaza, de unos 900 metros cuadrados.
Las obras habían comenzado mes y medio antes, como confirmaba el promotor, Miguel Vílchez, al frente del grupo hostelero que ya contaba por entonces con “un importante número de cafeterías y hornos, además de un hostal para 78 plazas en la carretera de Catabois”.
Culminaban así cinco años de negociaciones con los propietarios proyectando un inmueble de cuatro alturas y ático “que permitirá alojar entre 70 y 80 habitaciones”, contando con aparcamiento, cafetería, salones, restaurante y la idea de ostentar la categoría de tres estrellas.
Fue el octubre de 2002 cuando la cafetería abrió sus puertas y un mes después quedaba inaugurado el hotel al completo, con el nombre de Enrique I que pocos recuerdan ahora, 22 años después de su apertura. Tuvo finalmente 95 habitaciones y estrenó la categoría de cuatro estrellas, siendo el primero en ostentarla en la ciudad naval.
Año y medio después, en abril de 2003, cambiaba por primera vez de nombre para llamarse “Hesperia Ferrol” una vez que la cadena hotelera se hizo con su gestión. De hecho, esa denominación sigue muy presente entre los ferrolanos. Valoraba entonces la empresa gestora que tenía una “excelente ubicación” y que contaba con grandes instalaciones como el piano bar o los restaurantes, siendo este el quinto hotel que la compañía tenía en Galicia.
Seis años después, el hotel volvería a cambiar de manos cuando el grupo NH y Hesperia firmaron en septiembre de 2009 un acuerdo para la gestión de 51 establecimientos, entre ellos el ferrolano. “Hesperia part of NH” fue el nombre elegido para sellar una alianza que se rompería el 30 de septiembre de 2013 tras los malos resultados económicos.
Informaba Diario de Ferrol que la cadena NH finalizaba el acuerdo de gestión que mantenía, a través de la entidad Ghisa, con los propietarios del hotel, que seguía siendo el grupo Valencia.
Apenas unos meses después, en enero de 2014, el establecimiento anunciaba su cuarto y, hasta la fecha, definitivo nombre: Gran Hotel de Ferrol. Al frente se ponía el hijo de Miguel Vílchez, también llamado Miguel, iniciando una nueva etapa en la que conservaron sus cuatro estrellas y la misma plantilla de 15 empleados. La segunda generación venía preparada; en concreto, con experiencia en un hotel gran lujo de la cadena Meliá en Tanzania como segundo jefe de administración. “Tenía ganas de volver a Ferrol”, explicaba entonces.
Tras unos años al timón, Vílchez cedió después el testigo de la dirección a otros profesionales como Gonzalo Jiménez o José Antonio Hernández, hasta llegar al actual director, Alfonso Rey-Cabarcos Lago. Los cimientos que se asentaban hace un cuarto de siglo sustentan ahora un hotel que ha sabido adaptarse a la demanda siendo referente del sector en Ferrolterra.