La joven Cristina Gamallo Permuy (Ares, 1993) se alzó este fin de semana con el primer premio en el Concurso de Noveis Deseñadores de la trigésimo tercera edición de la Mostra do Encaixe de Camariñas. Lo hizo gracias a su colección ‘Camino’, inspirada, como ella misma relata, en la trashumancia. Estudia 4º de Diseño de Moda en la Escola de Arte e Superior de Deseño Mestre Mateo de Santiago de Compostela y aspira en un futuro –sin querer pensar mucho en ello, reconoce– a tener su propio estudio.
¿De donde nace su inclinación por el mundo de la moda?
Antes de estudiar Moda me formé en otros ámbitos, pero en mi vida siempre estuve ligada al mundo del diseño. Me encantaba experimentar con la máquina de coser, el bordado, en definitiva, todo lo que tuviese que ver con una aguja, pero siempre como un hobby. Estuve trabajando en la biblioteca municipal de Ares y decidí dejar el trabajo y presentarme a las pruebas de acceso a la Mestre Mateo.
Una buena decisión en vista de lo sucedido este fin de semana, ¿no?
Sí, claro. Al principio siempre tienes dudas porque dices: tengo 26 años y más o menos encaminado el mundo laboral. Volver a estudiar y depender de nuevo de mi madre y de mi hermana –sin ellas nada de esto hubiese sido posible– fue una decisión difícil. Pero estoy muy feliz, aunque es una carrera, como muchas otras, a la que le dedicas muchísimas horas y que requiere mucho esfuerzo.
¿Que se siente al llevar el nombre de Ares y de Ferrolterra a un evento tan importante y con tanta proyección?
Estoy muy contenta. Para mí es un placer que se escuche el nombre de mi pueblo. Tengo el móvil que ya no le caben más mensajes. Es un honor para mí estar representando a Ares con mi trabajo. Y la verdad, es algo que no me esperaba para nada. Llevaba tiempo queriendo presentarme al concurso pero entre que las clases son presenciales... no me daba la vida para más. Pero es algo que quería hacer: un trabajo estrictamente mío y que está diseñado específicamente para la Mostra.
Cuando lo haces con tus manos, te das cuenta del valor que tienen las prendas. Por eso intento centrarme en todo lo que tenga que ver con la moda sostenible
¿Cómo describiría su colección? ¿En qué se inspiró para crearla?
Me inspiré en el pastoreo, concretamente, en la modalidad de la trashumancia, en ese desplazamiento estacional que hacen los pastores con su rebaño. Quería hacer un símil con los caminos que hacemos a lo largo de nuestra vida y que, de alguna manera, siempre nos llevan a donde sentimos que es nuestro hogar. Para mí hogar es Galicia, llena de tradiciones y de artesanía. Y eso es lo que es el encaje de Camariñas. Decidí tirar por estética por esos abrigos largos, con hombros caídos... haciendo referencia a esa pesadez que a veces lleva el camino. La colección está hecha con materiales reciclados –mantas y edredores, por ejemplo, 100% de lana– siguiendo el concepto de Upcycling, que consiste en utilizar prendas o tejidos que ya hayan tenido una vida para darles otra totalmente nueva. Por supuesto, dándole al encaje de Camariñas el protagonismo que se merece.
Habla del Upcycling pero, ¿cómo vive, desde su punto de vista de diseñadora, el auge de plataformas de comercio electrónico que fomentan la ‘fast fashion’?
Evidentemente, no soy nada partidaria de este tipo de plataformas. Cuando lo haces con tus propias manos, te das cuenta del valor que tienen las prendas. Por eso intento centrarme en todo lo que tenga que ver con el Upcycling y la moda sostenible. Sobre todo porque la de la Moda es una de las industrias más contaminantes. Creo que los nuevos diseñadores –y yo lo vivo con mis compañeros y compañeras en las escuelas– tienen muy presente este problema y trabajan en proyectos centrados en la sostenibilidad y en tejidos de calidad, porque las prendas de la fast fashion no tienen calidad. Por no hablar de la explotación laboral y de personas...
¿Tiene algún diseñador o diseñadora de referencia?
Claro. Hay algunos diseñadores internacionales que me gustan mucho, como Simone Rocha. Pero me quedo con lo que tenemos en España: Palomo Spain, por ejemplo, hace cosas muy buenas y con mucha artesanía. Pero si te digo la verdad, para mí mi mayor inspiración es la gente de la que me rodeo, mis compañeros. Me nutro mucho de su trabajo. Hay diseñadores muy buenos.
Después de este reconocimiento, ¿qué meta se pone para el futuro?
Pues mi principal objetivo es entregar el trabajo de fin de estudios [risas]. Después, la verdad, prefiero no pensarlo mucho, porque da un poco de miedo. Pero me encantaría sacar adelante todo lo que he trabajado durante estos años, con mi propio estudio.