El desarrollo de la futura bioplanta de Ence Energía y Celulosa en el término municipal de As Pontes avanza según los planes de la compañía, que estima que entrará en funcionamiento el próximo 2027. Así lo señaló el director territorial de la corporación en Galicia, Antonio Casal, durante su intervención en la II Xornada de Economía Circular, organizada por el Colegio Oficial de Químicos de la Comunidad en Vigo el pasado viernes.

Tal y como explicó Casal, que aprovechó la coyuntura para presentar los proyectos Bitúmina y Vinevox, la factoría se encuentra a día de hoy en “fase avanzada de ingeniería”. En este sentido, el director territorial detalló que la empresa “ya presentó toda la documentación requerida” y que estima que logrará todos los permisos requeridos para la construcción de las instalaciones a finales del presente ejercicio o comienzos del próximo.

A partir de ese momento, aseveró Antonio Casal, llevará unos dos años el desarrollo y puesta en funcionamiento de la planta.

De igual modo, el director territorial recordó que la iniciativa, declarada Proxecto Industrial Estratéxico por la Xunta en junio del año pasado, supondrá una inversión de 355 millones de euros y generará unos 1.249 puestos de trabajo –213 directos, 400 indirectos y 636 inducidos–. Esta fábrica reciclará papel y cartón para producir, con un consumo de agua “mínimo” y una tecnología propietaria innovadora, fibra blanqueada.

Nuevas propuestas

Volviendo a los nuevos proyectos presentados durante el evento, Bitúmina tiene como objetivo el uso de la lignina, “presente de manera natural en la madera” como “ligante en emulsiones bituminosas” en el asfaltado de carreteras. En este sentido, el objetivo de la compañía es el desarrollo de una alternativa que “sustituiría parcialmente al betún” que se emplea a día de hoy en el pavimento.

En cuanto a Vinevox, se trata de una inicitiva que propone “la valorización integral de los residuos de la poda para aplicaciones de mayor valor añadido que la quema”. De este modo, estos restos se lavarían y procesarían para elaborar pasta de papel que se emplearía en las cajas y botellas de vino. De hecho, la compañía plantea la posibilidad de usar los sarmientos de los propios viñedos, lo que incentivaría una cadena de valor en la que se aprovechen todos los elementos en la fabricación de vino.