Que el Camino a Compostela no es solo una cuestión religiosa es bien sabido por los miles de personas que llegan a Santiago por turismo, deporte o socialización, más allá de sus creencias. La vertiente cultural puede ser también un aliciente y cuenta con muchas posibilidades. Desde Ferrol, el Camino Inglés va dejando atrás numerosos “cruceiros”, dignos de admirar.