Proteger el medio natural es obligación no solo de particulares sino también de organismos. Afortunadamente hoy en día todas las actuaciones que afectan a zonas de interés cuentan con sus pertinentes estudios ambientales. En el caso del dragado de Cariño parece que todo está en orden, al menos sobre papeles. Las quejas vecinales de olores y material “sospechoso” requerirán algún tipo de análisis.