A falta de explicaciones y pruebas, las denuncias por presunta violencia machista contra Íñigo Errejón dejan más preguntas que certezas. Y ninguna es fácil. ¿Por qué ahora y por qué a través de las redes sociales? ¿Por qué nadie dijo nada si, supuestamente, eran muchos los que conocían los casos? ¿Cuánto hay de interés político? ¿Somos malos feministas por tener dudas? A reflexionar.