El reciclaje de envases plásticos sigue siendo un reto y lo es también para las comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal. Muestra de ello es la reciente decisión del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) de implantar en España un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) que revierta el modelo actual.
Este método se basa en un pequeño depósito económico que los consumidores recuperan al devolver los envases vacíos, obligando al mismo tiempo a los productores a asumir su responsabilidad y a garantizar una mayor recuperación de materiales reciclables.
Según los datos del departamento, apenas se ha recuperado el 41,3% de las botellas de plástico de un solo uso puestas en el mercado en 2023, una cifra que se queda muy lejos del objetivo del 70% fijado en el artículo 59 de la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.
En este contexto, las cifras municipales muestran que, aunque algunos ayuntamientos del área destacan por sus esfuerzos, otros aún están lejos de cumplir con los estándares necesarios.
Tal y como figura en los datos de Ecoembes –empresa encargada de gestionar el reciclaje de los residuos que se depositan en los contenedores amarillo y azul– A Capela se erige como un ejemplo de buena gestión de residuos en las comarcas. Este pequeño municipio, de 1.225 habitantes (datos de Ecoembes), recicló 45,3 kilos de envases plásticos por habitante en 2023, una cifra que casi triplica la media nacional (20,4 kilos). Además, su tasa de residuos impropios –aquellos materiales que no deberían depositarse en el contenedor amarillo– es una de las más bajas de Ferrolterra, con un 21,9%.
Las cifras muestran que el tamaño de la localidad no es un impedimento para liderar el camino hacia un modelo de reciclaje eficiente, donde factores como el acceso a los contenedores, la sensibilización de la población y la implicación de las administraciones públicas juegan un papel fundamental.
Las localidades de Ferrol y Narón, las más pobladas de la comarca, enfrentan un mayor desafío. Con 64.158 habitantes, la ciudad naval recicló en 2023 apenas 16,7 kilos por persona, mientras que Narón, con 38.938 vecinos y vecinas, alcanzó 17,8 kilos por habitante. Estas cifras están en la media de reciclaje de la comarca (17,88 kilos) y por debajo de los estándares europeos que España debe cumplir en los próximos años.
Pese a disponer de una infraestructura considerable al tratarse de zonas urbanas —Ferrol cuenta con 803 contenedores amarillos y Narón con 460—, la tasa de residuos impropios en ambos municipios alcanza el 26%. Cabe recordar que la cantidad de envases no reciclables o mal clasificados que se depositan en los contenedores amarillos genera un sobrecoste en los procesos de reciclaje y, a menudo, la pérdida de materiales reutilizables que terminan en vertederos o incineradoras.
En el lado opuesto del espectro, municipios como los de Ortigueira y As Somozas llaman la atención, pero por sus preocupantes cifras. El primero de ellos recicló apenas ocho kilos por habitante en 2023, mientras que en el segundo la cifra se situó en los 8,5 por persona. Ambas localidades enfrentan un reto en cuanto a concienciación ciudadana.
Sin un cambio cultural que motive la correcta separación de residuos, el impacto del reciclaje seguirá siendo marginal, lejos de las cifras a alcanzar.
Según la información proporcionada por Ecoembes, Ares y Fene presentan datos algo más alentadores. La villa aresana recicló 22,8 kilos por habitante, mientras que el municipio fenés alcanzó los 22,1 kilos. Estos resultados son superiores a los de muchos ayuntamientos de las comarcas, quedando lejos todavía de los objetivos europeos. Además, el porcentaje de residuos impropios supone también un problema, con un 24% en Ares y un 26% en Fene.
Por su parte, en San Sadurniño se reciclaron 21,8 kilos por habitante. Sin embargo, la tasa de residuos mal clasificados llegó al 35,2%, una de las más altas de las comarcas que pone de manifiesto que la correcta separación de los materiales sigue siendo un reto en Ferrolterra.
Acompañan al concello sadurniñense –en el ránking de municipios con más tasa de residuos impropios– el de As Pontes y Valdoviño.
Pese a contar con cifras moderadas de reciclaje –18,3 kilos y 19,1, respectivamente–, el porcentaje de residuos mal depositados en el contenedor amarillo es del 35,4 en el primero de los casos y del 31,3 en el segundo.
La implantación de este sistema representará un cambio estructural que transformará la gestión de residuos, también en Ferrolterra.
Su eficacia ha sido probada en países como Alemania, donde se recicla el 98,5% de los envases adscritos al sistema o en Finlandia y Noruega, con tasas del 97% y 92%, respectivamente. Si se implementa correctamente, podría corregir las deficiencias actuales, especialmente en localidades grandes como Ferrol o Narón, donde la población genera un volumen significativo de residuos.
Desde su puesta en marcha en Suecia en 1984, el SDDR ha sido adoptado por múltiples países, consolidándose como una herramienta clave para mejorar los porcentajes de reciclaje. En los países nórdicos, por ejemplo, las tasas de recogida separada de botellas de plástico alcanzan el 87%, muy por encima de la media europea.
En el ámbito del reciclaje de papel, el municipio de A Capela vuelve a situarse como un ejemplo destacado dentro de la comarca, consolidando su posición de liderazgo ambiental con una media de 25,4 kilos de papel reciclados por habitante durante 2023. En contraste, Ortigueira ocupa el último lugar dentro del área, con una tasa de apenas 9,8 kilos por habitante.
Esta situación pone de manifiesto la necesidad de implementar campañas educativas más efectivas y programas de sensibilización dirigidos a fomentar un cambio de hábitos que incremente la separación de residuos en origen.