El “descontento generalizado y transversal” de los vecinos y vecinas de Mugardos cristalizó ayer en una multitudinaria protesta por lo que consideran una “gestión deficiente”. La gota que ha colmado el vaso, el cese de la actividad de las escuelas municipales. La movilización coincide además con las negociaciones por una moción de censura que, para prosperar, deberá antes reconciliar a una izquierda tradicionalmente dividida.