Ay, las paradojas de la vida... el mejor amigo del hombre es el peor enemigo del semáforo. La querencia de los canes a orinar en los postes semafóricos puede provocar que estos se acaben desplomando, corroídos por tanto ácido. Y la responsabilidad civil iba a ser difícil de determinar... Coruñeses, alejen a sus mascotas de los semáforos, por el bien de todos.