Hay quien peregrina a Santiago de Compostela, quien lo hace hasta Pastoriza y luego estamos nosotros, que caminamos en fila por la calzada hacia la estación provisional de tren. Como experiencia vital es floja y, desde luego, tampoco sirve para renovar la fe en el Adif. Aun así, como es época de milagros, confiamos en tener accesos seguros por Navidad.