Unas señales de dirección prohibida, colocadas ayer por el Concello de Ares, desataron las críticas de los vecinos de Seselle, que han visto cómo para acceder a sus viviendas en automóvil están obligados a dar un rodeo de unos dos kilómetros.
Una de las nuevas indicaciones está ubicada, en concreto, en la zona de O Penal, en el Rueiro de Arriba –rebautizada “erróneamente” por el Ayuntamiento, indican los vecinos, como Seselle de Arriba–. Se encuentra “amarrada con una brida” y obligó a los conductores que bajaban desde la zona mugardesa a “dar un rodeo sin precedentes” para desplazarse al centro urbano.
Las otras dos, colocadas en la frontera entre los municipios de Ares y Mugardos, obligaron a los vehículos que bajaban desde O Lodairo a realizar “complicadas maniobras” para deshacer el camino y retomar la ruta por O Baixolo, dando un rodeo de dos kilómetros.
Así las cosas, los vecinos lamentan que el Concello intente solucionar los problemas de tráfico en el acceso a la playa de Seselle “aislándonos y obligándonos a dar vueltas por caminos mal señalados y cubiertos de maleza” hasta el lavadero reformado en los últimos meses, en donde los coches sobrepasan el ancho de la calzada al cruzarse. A ello, denuncian, se le suma que la colocación de una de las señales se ubica “en un pequeño cruce donde pueden coincidir personas, ciclistas, senderistas, coches y maquinaria agrícola”.
La calle del Rueiro de Arriba soporta un tráfico intenso en los días de verano y en donde el cambio continuo de “prohibiciones para aparcar” desata la ira de los bañistas al recibir multas por estacionar en lugares antes permitidos.
Los vecinos recuerdan que la solución que se tomó hace meses de solo permitir el paso a residentes se retiró a los pocos días, “sin más opción que la actual”, lo que causó la indignación entre el vecindario, “harto de ver que una calle casi de paseo se convierte en un autódromo”.