Las luces, las cámaras y la acción continuarán para los participantes de la novena edición del Chanfaina Lab, pero ya fuera de San Sadurniño.

El fin de semana en el que el municipio se convierte en un set de rodaje ya ha terminado, pero como expone la organización “isto continúa até febreiro”, ya que este es el mes en el que se hace el estreno internacional de las 24 películas que se han gestado durante estos días.

Este evento, “onde a xente vén  facer películas e non a velas”, ha contado un año más con una exquisita participación entre la que, desde la directiva, destacan que “un 70% da asistencia foi de xente de San Sadurniño”, lo que demuestra que “está a medrar a implicación dos veciños”.

Una de las novedades que más ha destacado en esta edición se da también en la gran pantalla, puesto que los locales han sido protagonistas de muchas de las obras de los cineastas.

Esta “experiencia de solidaridade” hace que se fusionen profesionales con amateurs, que aprendan, que convivan y que creen lazos que, en muchos casos, “perduran no tempo”, comentó la organización. Este es un factor clave que se refleja en las obras que verán la luz a principios del año que viene, puesto que el Chanfaina Lab no entiende de gustos, tampoco de edades y, este año, han convivido artistas de apenas dieciséis años con otros que ya han soplado las setenta velas.

Equidad

Son conscientes de que esta mezcla puede llegar a suponer un hándicap a la hora de la proyección final y consideran que no hay espacio para comparaciones entre la obra de una figura ya experimentada en el audiovisual y aquellos que aún están comenzando en el mundillo. 

Así, para asegurarse de que cada uno tiene su espacio propio y diferenciado, pero eso sí, sin diferencias, la presentación de los trabajos –que aún tienen cinco meses para acabar de desarollarse– se hará por orden alfabético,  porque para el festival “todos os artistas son igual de importantes”. En febrero se podrá disfrutar de más de 20 obras únicas, cada una en el estilo que elija su director, en un espacio en el que “non hai competitividade”.