Finalizaba ayer el verano gallego de traineras al culminar la doble jornada en el Orzán, que englobó por un lado la última regata de la liga A y la femenina, los consecuentes playoffs de permanencia en Primera y , también, el Campeonato Gallego. Este último se celebró ayer con las diez mejores embarcaciones de la temporada en liza, cinco en el caso femenino, aunque sin representación comarcal dado que el sábado la tripulación del combinado Mugardos-A Cabana se asentó en el último lugar de su tabla liguera.

En la categoría de oro, Ares, que el día anterior terminaba segundo, volvía a remar con rotación de plantilla, una medida que ya ponían en práctica el sábado y que tenía por fin “gastar las mínimas barras de salud”, para enfrentar en condiciones óptimas a los desafíos que todavía tienen por delante –la regata de La Concha y el playoff de ascenso nacional–. Así lo explicaba Pendo, entrenador consagrado del club local que compartía además “lo justa que había estado la cosa” en su duelo con la trainera de Chapela, llevándose la revancha y empatando con los subcampeones en banderas obtenidas este año en el Teresa Herrera. 

El otro club de Ferrolterra que participó en la regata del Campeonato Gallego fue la división masculina del combinado mugardés-ferrolano. Ofrecieron una actuación en línea con su desempeño a lo largo de este verano, quedando octavos en un día, como indicaba el remero Brais López, “Para disfrutar y que remasen los chavales que habían estado entrenando todo el invierno”.

Los naroneses, a esperar

La salvación del CR Narón era la gran incógnita del fin de semana y la tripulación supo estar a la altura, ganando el playoff “por unos segundos”, dado que hubo que echar mano del cronómetro para solventar el empate con Cesantes –al terminar sendos clubes primeros en las dos pruebas remadas–. Marcos Lema, entrenador del club, reconocía que la experiencia no dejó de ser “agridulce”, “Creo que por equipo y potencial no tendríamos que haber llegado a esta situación, pero ha terminado como queríamos y esperábamos”. 

Ahora solo pueden aguardar, dado que su permanencia en Primera depende de dos posibles escenarios: que Ares o Chapela dejen hueco al ascender, o que los vecinos de Cedeira, campeones en B, renuncien a su recién logrado puesto en la primera liga gallega.