El vizcaíno emergía del encuentro con el Málaga tras haber empatado en dos ocasiones y deseando, al igual que todos sus compañeros, haber podido empezar la liga “con buen pie en casa”, pero al menos satisfecho con su aportación. Fue cuestión de “estar atento a esos balones que quedan sueltos y tirar”, relataba el nuevo 9, al que antes de marcar se le escapaba una oportunidad perfecta concedida por Brais, “esa rabia que tienes dentro del área cuando te quitan el balón, pues al final sirvió para meter dos goles”, relataba.
Tiene presente que pelea por ser la punta del tridente verde, pero que también el resto de sus compañeros tienen que competir por permanecer en cualquiera de las posiciones disponibles, “como dije cuando vine, es importante la competencia", afirmaba Jauregi, "tenemos que estar todos disponibles, hoy me ha tocado salir a mí del banquillo e ir a ayudar al equipo”, sentenciaba.
El apoyo que recibían desde las gradas tampoco se le pasaba por alto: el jugador no dejaba de mencionar lo increíble que les resultaba haber tocado el techo de abonados y de entradas vendidas para el choque contra el Málaga, así como los rugidos de la afición verde a cada giro del guión. “Animo a que sigan, porque se nota, se nota un montón”, declaraba.