Domingo, 10 de noviembre de 2024. Esa fue la última vez que Eneko Jauregi marcó un tanto con la camiseta del Racing en liga. Su última diana hasta la fecha y la sexta en una cuenta particular con la que el delantero vasco sigue siendo el máximo artillero de una nave verde sedienta de la gasolina del gol. Un combustible sin el que, como está ocurriendo, el grupo de Parralo es incapaz de avanzar hacia la salvación.
Eso sí, entre esa diana y ahora, las opciones del de Muxika se vieron forzosamente disminuidas por una lesión que lo mantuvo cuatro encuentros mirando desde la barrera y que “saltó” hace otros tantos, si bien sin el acierto buscado. “Tuve la lesión justo cuando me encontraba muy bien, cosas que pasan en el fútbol”, comentaba el jugador en la cuenta atrás para visitar a su último “herido” liguero. Un grupo cántabro ante el que, si fue capaz de anotar su último tanto de 2024 “esperemos que 2025 empiece con este gol. Espero que sí".
Suyos son seis de los catorce goles con los que cuenta el, un tanto vacío, casillero anotador ferrolano y tras un empate ante el Cartagena –”que no queríamos, queríamos ganar”– precisamente sin dianas. Una sequía que roza el colapso y que para el jugador se cura, entre otras cosas, con “trabajo y hacerlo lo mejor posible. Álvaro –Giménez– y yo hemos jugado juntos en varios partidos y al final creo que estamos mejorando este tipo de cosas. Estamos más juntos todo el equipo y cualquier persona que esté cerca del delantero siempre es una ayuda”.
La llegada de su nuevo compañero, Raúl Blanco puede ser el inicio del camino en esta recuperación de cara a ver portería contraria, ejerciendo de un mediapunta puro con el que antes de su llegada no contaba el conjunto de Parralo. “Cuando salió –ante el Cartagena– tuvimos buenos minutos. Tener un mediapunta siempre te ayuda, al delantero, a cuando se pueda girar... Espero que aporte mucho, que venga a ayudar en todo lo que pueda y si puede asistir a los delanteros, pues mejor”.
Y es que si bien ni la llegada de Blanco ni la de otros nombres harán por si sola la magia de la salvación si no es con el trabajo de todos, como así lo señaló el propio Parralo, el aire freso que pueda aportar el de Moaña es, sin duda, bien recibido en un grupo ferrolano que cada semana se encuentra un poco más sofocado por la falta de aire de salvación.
“Es un situación que no gusta, no gusta estar ahí abajo”, contaba Jauregi, “pero lo tienes que tomar como un reto, no puedes hundirte, porque si lo haces te hundes tú y arrastras a todos”. El vasco no es nuevo en sobrellevar y buscar solución a esta circunstancia, que ya vivió con el Amorebieta, si bien con un final que Jauregi espera no repetir.
“Hicimos una gran segunda vuelta y nos lo jugamos todo en el último partido, pero espero que no vivamos esa situación aquí o, si la vivimos, que en el último partido lo saquemos”. Antes de esa última bala, al equipo ferrolano le restan muchas más, la primera ante un Racing de Santander que “enrabieta” a los ferrolanos ya que “siempre que hay buen ambiente y un buen rival, siempre es una motivación para sacar el partido adelante”.
Jauregi quiere hacer leña de la propia presión ferrolana –”es algo que puedes llevar al lado positivo”– para, no sólo firmar el triunfo en El Sardinero, sino también en muchos otros choques de lo que tiene que ser una segunda vuelta excepcional. “Lo que importa ahora es sumar, evidentemente si hay buenas sensaciones eso te arrastra a seguir llevando esa dinámica, pero al final es partido a partido”, sentencia. Una guerra por la salvación en la que, para lo bueno y para lo malo, las batallas están contadas.