Cristóbal Parralo ha recibido la "pedrea" por parte del Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol por su "desafortunada acción" -como la señaló el director deportivo Carlos Mouriz- tras el duelo con derrota ante el Zaragoza en La Romareda, en el que el técnico del Racing propinó un cabezazo a su por aquel entonces homólogo en el banquillo del club aragonés, David Navarro Arenaz. 

Serán cuatro los encuentros -cabe recordar que el técnico se enfrentaba a hasta un castigo de doce- en los que el preparador verde no podrá dirigir a los suyos desde el banquillo, comenzando ya desde el que el próximo viernes día 3 de enero disputará el equipo ferrolano con motivo de la Copa del Rey ante el Rayo Vallecano. Y es que al tratarse de una sanción considerada grave -cuatro encuentros o más- está se cumplirá en el orden de disputa de los partidos, independientemente de la competición que se trate. 

La ausencia de Parralo en el área técnica verde se prolongará entonces también en los partidos ya de liga ante el Cartagena -en A Malata el sábado 11-, frente al Racing de Santander -en El Sardinero el domingo 19- y ante el Burgos -de nuevo como local, el último fin de semana de mes-. Así, Cristóbal Parralo podrá volver a dirigir a los suyos a pie de campo ante el Levante. Eso sí, ya en el mes de febrero. 

Además de esta ausencia forzosa, la multa económica asciende a 2.400 euros para el propio Parralo, así como de 800 al club. Unas cifras, tanto en lo que a número de duelos "en el exilio" se refiere como de cuantía monetaria, que también han recaído sobre el citado preparador zaragozano, David Navarro. 

Mácula

La tarjeta roja vista por Cristóbal Parralo, con su consecuente penitencia, supone una auténtica mácula en el expediente del preparador ferrolano. El técnico, durante esta temporada, sólo había visto una amonestación, en forma de tarjeta amarilla. 

Este “aviso” se produjo en el encuentro correspondiente a la decimocuarta jornada liguera ante el por aquel entonces líder Racing de Santander en A Malata –y que acabó con derrota por 1-2– por “realizar observaciones de carácter técnico a una de mis decisiones desde el área técnica”, como recogía el colegiado Sesma Espinosa en el acta final de este encuentro.