Faltan poco más de tres semanas para que empiece el campeonato liguero de Segunda y al Racing aún le quedan mucho por mejorar. Más allá del empate –y posterior derrota en la tanda de penaltis– con el que saldó su segundo partido de pretemporada, el que lo enfrentó al Bergantiños, por muchas otras razones. Empezando por la falta de efectivos para hacer frente a los partidos, pero también porque aún le queda mucho para comportarse como un bloque competitivo para estar bien en la tabla.
 

De entrada no se notaron las dos categorías de diferencia entre Racing y Bergantiños. Al contrario, el cuadro de Carballo entró mejor al encuentro, llegando con relativa facilidad a la portería defendida esta vez por Jesús Ruiz y sin pasar apuros en defensa. Porque mientras que la escuadra entrenada por Jorge Cuesta sembró la incertidumbre en la portería contraria gracias a la movilidad de sus jugadores ofensivos, la dirigida por Cristóbal Parralo no encontró la forma de descubrir huecos en la defensa rival.
 

Poco a poco el grupo de la ciudad naval empezó a despertar. No es que pasase a dominar completamente a su rival, pero al menos sí hizo acto de presencia cerca de la portería contraria. Un par de coladas de Nacho Sánchez por la izquierda y una ocasión de David Carballo que, solo ante la portería rival, no acertó a marcar, dieron cuenta de que al Racing le hacía falta menos que a su rival para acercarse al gol. De hecho, los últimos compases de la primera parte, en los que Dorrio estuvo a punto de marcar, fueron los mejores suyos.

Circulación

Los cambios hechos en el descanso –el Bergantiños modificó su once casi por completo; el Racing dio entrada a los cinco futbolistas que tenía en el banquillo– le sentaron mejor al equipo ferrolano. Con una circulación de balón más limpia gracias a la presencia en el mediocampo de Josep Señé y Álex López, el equipo ferrolano tomó el rol de dominador y su rival pasó a esperar el acoso racinguista y tratar de dar la sorpresa a la contra. Pero, a pesar de este decorado, el partido no tuvo ocasiones para llegar a estrenar el marcador.
 

El empuje racinguista fue aumentando con el paso de los minutos, pero al cuadro verde la faltó el acierto como para inaugurar el marcador. Dorrio, Delmás o Nacho Sánchez dispusieron de opciones como para estrenar el marcador, pero les faltó el acierto necesario para convertirlas. Incluso, con la sombra de la tanda de penaltis rondando el escenario, Moi Delgado dispuso de otra ocasión para anotar. Pero el marcador no se movió, el trofeo se decidió en los lanzamientos desde los once metros... y ahí el Bergantiños fue el mejor, se llevó el trofeo y le recuerda a la escuadra de la ciudad naval que todavía tiene mucho que mejorar si quiere ser un equipo competitivo en una categoría tan exigente como es Segunda División.

FICHA TÉCNICA