El Racing sigue soltando lastre y reflota a lugares de hace dos meses

Rober Correa señala la buena dinámica en la que está la nave verde
El Racing sigue soltando lastre y reflota a lugares de hace dos meses
El pacense demostró su “personalidad” arriesgando en el duelo ante el Burgos | j. meis

La derrota en Riazor ante el Deportivo el primer día de septiembre metió en el hoyo al Racing. Unas indeseadas plazas de descenso de las que los de Parralo, casi dos meses después, han conseguido despedirse gracias al punto firmado ante el Burgos.


Este empate que supone cuatro jornadas consecutivas sin conocer la derrota le permite a los de Parralo sacar la cabeza, si bien y como apuntaba el técnico tras su primer duelo nocturno y semana “nos quedamos con el punto y a seguir, que a esto todavía le queda muchísimo y hay que recuperarse que el lunes tenemos otro –partido–”. Y es que si antes no había tiempo para lamentaciones, ahora tampoco lo hay para celebraciones. 

 

Sí que lo hay para corregir errores y mantener aciertos sobre lo visto hace pocas horas en El Plantío, en un partido en el que “hemos competido, sin hacer un juego brillante pero sí efectivo”. Y tan efectivo que, precisamente, en la única ocasión clara de la nave verde llegó el gol de Gelardo, lo mejor en una primera parte para olvidar y así lo manifestaba el propio entrenador, señalando que “no me ha gustado nada. No era cuestión ni de sistema... era cuestión de tener personalidad, esas cosas que se necesitan para competir y estábamos muy despistados. En la segunda hemos mejorado algo, pero lejos de lo que podemos dar”. 
Una falta de “esencia” –concebida como que “todo el mundo quiera el balón”– que llegó a traducirse en cierta desesperación en el banquillo racinguista “porque veíamos que no éramos capaces de jugar como creo que puede jugar el equipo”.

 

Un paso adelante

Y precisamente fue con una gran asistencia de Rober Correa –la primera de la temporada– con la que el equipo empezó a hacer lo que tenía que hacer. “Es un jugada que me gustaba hacer hace tiempo y ya hacía bastante que no la hacía”, señalaba el pacense, “en la primera parte no estaba con buenas sensaciones y un par de controles se me han escapado”, señalaba el lateral derecho, “pero bueno, me la tenía que jugar. Me considero un jugador con personalidad y cuando no me están saliendo las cosas como yo quería, ahí es el momento de dar un paso hacia adelante e intentar cosas como estas”. Una valentía que le valió al Racing un importantísimo empate en un octubre de resurrección. 


Un tanto que demuestra la mejoría del grupo en todas las facetas, también en la delantera. “El equipo está en una dinámica muy buena”, señala el propio Correa, “porque aquí si te relajas la categoría te come”. El de Badajoz apunta al lastre que todavía supone su mal inicio liguero “y hay que solucionarlo. En eso estamos trabajando bien, desde el primero al último, y eso se nota”. La creación de ocasiones, por parte de cualquier jugador local como se está viendo, crece, en lado positivo de este resurgir del fénix verde. 


Desgraciadamente, también crece, o al menos no disminuye, la aparición de lesiones en las filas racinguistas, pasando del regreso de un Aitor –Buñuel– a la marcha de otro –Gelardo–, a la espera de conocer el alcance exacto de su lesión –que como apuntaba Parralo en un primer momento sería en el cuádriceps–. “Es una pena, porque creo que si el equipo lo tuviéramos al completo... hay un nivel de la hostia, hay muy buenos jugadores y creo que los necesitamos, que todo el equipo se junte, se acople”, señala Correa, “ya lo vemos, que cada vez jugamos mejor en el campo, porque nos conocemos un poco más”. 


Una, como todas, inesperada lesión de un jugador que día a día y partido a partido se ha ganado la confianza del preparador que señalaba que “por eso estaba en el once, con su trabajo, con su juego... y es una pena. Ahora a esperar que se recupere pronto y que vuelva más fuerte todavía”, desea técnico, jugadores y afición. 

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