A sus 20 años recién cumplidos, el “rider” naronés Sergio Veiga Amado –Pontebike– se visualiza inscribiendo su nombre como próximo campeón de España absoluto de pump track, sólo unos pocos días después de revalidar, prácticamente en casa, su oro gallego.
El de Santa Icía fue el único participante en bajar de los 21 segundos en la pista de la urbanización Pazo das Condesas, en la competición organizada por el Pulpeiros Mugardos, en un trazado que, como él mismo indica, “es un circuito que tengo muy controlado, en sensaciones, sé cómo hacer con la bicicleta... y tengo unos tiempos buenos, y esa fue también una gran motivación, saber que podía ir muy rápido”, comenta el vigente líder de la Copa de España.
Un trofeo estatal, precisamente, que ya tiene asegurado a falta de una prueba, a mediados de octubre. “No necesito lograr un buen puesto, pero evidentemente lo que quiero es ganar la carrera”, sentencia Veiga, “y a partir de ahí, entrenar, entrenar y entrenar más duro que nunca para llegar al Campeonato de España en plenas condiciones físicas y mejor que nunca”.
Y es que si el pasado año el de Narón firmaba un sorprendente tercer puesto en la general y segundo en la tabla sub23/elite –”ni la gente ni yo esperabamos estar tan arriba”, señala–, tomando parte con una nueva bicicleta – “sólo llevaba tres o cuatro meses con ella. Son muy difíciles de conducir, muy diferente a la que tenía”–, tras un espectacular año, Veiga ya no será un “infiltrado” en la próxima edición de esta cita estatal, y quiere quitarse esa espina.
“Este año estoy más motivado. Sé lo que quiero y hasta dónde puedo llegar”, sentencia el del Pontebike, “ahora mismo estoy en un buen momento y en noviembre, en Alicante, lo puedo hacer, me puede salir una buena carrera y puedo estar arriba en los primeros puestos”. Y, así, cumplir el que es su principal objetivo de esta campaña. Eso sí, después de que el pasado mes de mayo un golpe le impidiese completar su clasificación para el Campeonato del Mundo de la modalidad, cuando ya había firmado el tiempo necesario para su pase, si bien no pudo completar la carrera UCI que hubiese supuesto su billete para esta cita internacional.
“Tuve que ir al hospital, sangrando mucho por el corte en la espinilla, tuve una serie de convulsiones y los médicos me dijeron que no podía seguir, que estaba muy débil y era muy arriesgado”, recuerda Veiga, trayendo de nuevo al presente esa sensación de “frustración”, si bien al mismo tiempo esta cita de Huesca “me motivó mucho, porque vino gente de muchos países y yo estaba ahí, en la pomada”, con el cuarto mejor tiempo. Una excelente prueba de su nivel que el de Narón espera poder repetir el próximo año, puesto que puede que el trazado oscense sea de nuevo sede de una nueva cita de estas características y, entonces sí, pasar de inscribir su nombre como oro gallego o nacional, a “rider” internacional.
Veiga prepara sus citas en trazados como el de Mugardos o Pontevedra, en Galicia, si bien “es en Avilés en donde, para mí, es uno de los mejores de España y además es un buen viaje, sin peajes”. Y es que si bien en nuestra comunidad el pump track se está abriendo camino muy rápido, especialmente con la construcción de muchos circuitos “a lo loco”, señala Veiga, subrayando que “no los están haciendo empresas especializadas”. Y eso se nota, al menos, a su nivel.
Además, y dejando apartado el tema de infraestructuras, los clubes también están apostando por esta modalidad que al local enganchó por “la velocidad –puedes llegar a 40-45 kilómetros por hora– y su técnica, lo concentrado que tienes que estar y la buena preparación física”. Veiga piensa asimismo en lo atractivo que es para el público su disciplina, ya que “es un deporte que todo el mundo puede ver, porque el circuito está en las ciudades, en el pueblo... es accesible. Puedes llevarte tu silla y ves todo el circuito”, comenta y "los clubes –como el suyo, que hace frente a sus gastos en la Copa de España y “eso se agradece mucho”– se están mojando bastante en Galicia y eso es lo que se necesita”.
Mirándose en el espejo de su también ciclista hermano, el internacional Marco Veiga –campeón de España de enduro, entre otros numerosos logros–, Sergio recibió su primera bicicleta de pump track hace menos de un lustro. “Los dos tenemos la misma pasión, el ciclismo. Un día mi padre, por mi cumpleaños, me mandó bajar al garaje y vi una bicicleta más bajita de lo normal”, cuenta, “y otra vez mi hermano me llevó al circuito de Román Pérez y me empezaron a enseñar, porque yo no tenía ni idea de lo que era esto”, relata entre risas y ”le dije ¡eh, esto me gusta mucho!”. Y tanto le gustó que le pidió a su padre poder participar en una carrera, y la ganó. Una noche de hotel y balneario en Mondariz, fue ese primer premio. “Tenemos que buscar más carreras”, le dije. Y las ha seguido buscando, encontrando y ganando hasta hoy.