Había una gran expectación en Ferrol ante la novedad del final de las fiestas: el espectáculo de drones luminosos que se encargaría de poner el broche de oro al San Ramón. Una idea que, a juzgar por la emoción de la mayoría de los que se agolpaban en el muelle de Curuxeiras a la medianoche de este sábado, logró su objetivo de sorprender y conquistar al público.
Horas antes, a las 21.00 horas, la zona portuaria empezó a ser un trajín de gente que buscaba sitio a sabiendas de que el entorno era el lugar recomendado por el Concello de Ferrol para ver la sesión de pirotécnica en todo su esplendor. Por las calles de A Magdalena, en "peregrinación", un goteo constante de personas ponían rumbo a Ferrol Vello.
La traca final que iluminó el cielo ferrolano comenzó poco después de las 00.00 horas con los tradicionales fuegos de San Ramón, que duraron algo más de 15 minutos y de los que se encargó la pirotecnia nedense de Millarengo. El color de la pólvora fue dibujando diversas formas, desde las tradicionales palmeras hasta otros motivos más novedosos como los abanicos, que arrancaban los "¡oh, qué bonito!" del público.
Las tres bombas de palenque firmaron el final acústico de la pirotecnia entre el humo de colores, respondiendo el público con un sonoro aplauso aunque, como ocurre siempre —y, de forma particular, en Ferrol—, hay opiniones para todos los gustos. En lo que sí suele haber consenso es en la sensación de que el final de las fiestas, el último día de agosto, también lo es un poco del verano ferrolano.
Sin embargo, este año no hubo demasiado tiempo para recrearse en la nostalgia y empezar a oler el otoño porque, tras solo unos minutos de parón, el zumbido de los cien drones se empezó a escuchar y a más de un aficionado a la ciencia ficción le entró cierto canguelo al ver a las naves acercándose para comenzar el espectáculo.
Como había avanzado la empresa responsable del espectáculo, Flock Drone Art, es show ECO 100 está centrado en la naturaleza y el planeta. Así, en Ferrol trazaron las siluetas de una ballena y de su cola, de un árbol gigante, de un pájaro y una flor. También perfilaron unos ojos e incluso la Tierra.
No obstante, fue el ferrolanismo lo que les hizo meterse al público en el bolsillo. Así, en la parte final de la sesión, que duró también unos 15 minutos, se pudo ver en primer lugar la figura de un capuchón ferrolano, identificado como el "hermano" luminoso de Capuchoncito, la estatua de la calle Real. Después, una grúa cigüeña apareció para recordar el "skyline" de la ciudad y, finalmente, nos desearon un "Feliz Ferrol", expresión que ha popularizado el alcalde José Manuel Rey Varela.
En la otra cara de la moneda, más enfadados que entusiasmados, se encuentran las personas que no optaron por Curuxeiras para ver el espectáculo. Incluso acudiendo a una zona a priori recomendada por el Concello, como era A Cabana, la visibilidad de la que gozaron no fue la idónea, algo que ha suscitado muchas protestas que a la hora a la que publicamos esta información están teniendo su eco en las redes sociales. Tampoco la retransmisión por streaming fue una buena alternativa, pero en este caso, al menos, los comentaristas en YouTube se lo tomaron con más humor.
Para ver la galería completa de los fuegos y los drones puede accederse en este enlace.