El pasado lunes, tras dos años de prohibición por cuestiones sanitarias, los pósitos de la ría de Ferrol pudieron retomar una de sus actividades más demandadas: la extracción de vieiras. En plena crisis económica y productiva, esta autorización ha supuesto todo un balón de oxígeno para las cofradías, que celebraron ayer dos días seguidos de magníficas capturas.
Así, el patrón mayor de Ferrol, Gustavo Chacartegui, explicó que “los barcos terminaron muy pronto” de faenar ambos días por la alta cantidad de unidades y que “todo apunta a que va a seguir así” durante las próximas jornadas. En este sentido, el responsable del pósito ferrolano explicó que en esta suerte de campaña están participando un total de diez embarcaciones de las tres cofradías de la ría –cinco de la ciudad naval, dos de Barallobre y tres de Mugardos, aunque de esta última una barca finalmente no pudo salir por problemas de trámites– y que, desde la Xunta, se estableció un tope de 60 kilogramos por tripulante, es decir, de 120 a 180 por barco.
En cuanto a la apertura de la zona, la 1, para la extracción de vieira –se espera que la 2 también se autorice ante una potencial tendencia al descenso en los niveles de toxina–, el patrón mayor señaló que el procedimiento consiste en una recogida periódica de muestras, que analiza el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar). Dependiendo de los resultados, se realiza un seguimiento para ver si se trata de un fenómeno aislado o si realmente el grado de toxinas está descendiendo, como finalmente ha sucedido en la ría.
Una vez autorizada, la extracción se limita por semanas, realizándose nuevas analíticas para comprobar que la tendencia se mantiene. En lo referente a las ventas, Ferrol tiene comprador para los próximos 18 días.