La Fiscalía del área de Ferrol ha solicitado penas de más de cinco penas de prisión para los seis detenidos en la macrorredada realizada por la Policía Nacional en el asentamiento del Moracho, en Narón, en febrero de 2021. El caso, procedente del Juzgado de Instrucción número 1 de Ferrol, tendrá lugar mañana martes, 1 de febrero, en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial a las diez de la mañana.
Según describe el escrito de la Fiscalía, los hechos tuvieron lugar en el asentamiento del Moracho, situado en las inmediaciones del polígono industrial Río do Pozo, en Narón, el 10 de febrero de 2021. La Policía, señala el documento, había constatado que, al menos desde noviembre del año anterior, los moradores del complejo de viviendas –al contrario que otros asentamientos, el del Moracho contaba con varios inmuebles– se dedicaban “a la adquisición, manipulación y distribución a terceras personas de sustancias estupefacientes, concretamente cocaína y heroína”. Del mismo modo, de los seis detenidos, que comparten una relación de parentesco y son todos residentes en el asentamiento, tres cuentan con antecedentes penales –de los cuales tan solo uno computable a efectos de reincidencia–.
Así, la Fiscalía señala que los moradores del asentamiento realizaban las operaciones de venta tanto en el interior de sus domicilios como a través de una caseta de madera con un cajón de seguridad construida en el patio. Del mismo modo, los moradores se distribuían las funciones en cada operación, estando los hombres encargados de las labores de vigilancia y las mujeres de la venta.
De acuerdo con el documento judicial, entre los meses de noviembre de 2020 y enero de 2021 se realizaron unas 16 intervenciones de droga a compradores de los moradores, recopilándose información de los diferentes puntos de venta en el interior del recinto y de las personas involucradas en la ilícita actividad.
De esta forma, el primer punto de venta, regentado por tres de los acusados –un matrimonio y su hijo– se determinó tras seis incautaciones. En él, los compradores se ponían en contacto con el padre o con el hijo, realizándose las transacciones generalmente o bien en el interior de la vivienda o a través de una ventana. La segunda área, descubierta tras siete aprensiones de droga a compradores, se situaba en el domicilio de una segunda pareja. En este caso, los clientes contactaban con el hombre –“encargado de la seguridad y vigilancia”, apunta la Fiscalía–, que los dirigía o bien al interior de la vivienda o bien a la mencionada caseta, donde su esposa procedía a la venta. Por último, el último punto se situaba en la casa del sexto detenido, hijo del primer matrimonio, que realizaba sus propias operaciones en solitario dentro de su domicilio particular.
Una vez recabada la información y pruebas suficientes para determinar con seguridad los tres puntos de distribución de estupefacientes, el Juzgado de Instrucción número 1 de Ferrol autorizó la entrada y registro de las tres viviendas; una operación que comenzó el día 10 de febrero sobre las 10.30 horas.
Según describe el documento judicial, el día del operativo uno de los ahora detenidos se encontraba en la puerta del recinto. Dos de los agentes participantes en la redada se identificaron, a lo que el encausado respondió tratando de cerrar el portón y alertando al resto de moradores. Ante esta situación, los policías entraron en la finca a todo correr, tratando de evitar que los traficantes se deshiciesen de los estupefacientes antes de ser capturados. En una de las viviendas, tres de los detenidos se abalanzaron sobre uno de los agentes, tratando de impedir su entrada y de arrebatarle el arma. Afortunadamente, la intervención de otro policía logró impedir que el incidente tuviese consecuencias más funestas.
Mientras, en el interior de la vivienda, otro de los detenidos intentó tirar por el retrete dos bolsas con droga –una de ellas se le cayó en plena carrera– y, si bien logró arrojar una de ellas al inodoro, fue aprehendido antes de poder accionar la cisterna. Una vez los moradores fueron reducidos, se procedió al registro de las tres viviendas.
En el primer inmueble fueron localizados un total de 209 gramos de cocaína en diferentes recipientes y de diversa pureza –con un precio de venta total de 13.846 euros– y 8,88 gramos de heroína –44,5% de pureza y un precio de 740 euros–, así como 22.870 euros distribuidos a lo largo de todo el inmueble –22.100 en una caja fuerte escondida tras una falsa toma eléctrica–. En la segunda vivienda se encontraron un arma de fogueo y 49 balas de 9 milímetros, 595 euros en billetes fraccionados, 47 gramos de cocaína de diferente pureza y un precio total de 4.582 euros y 17,29 de heroína con una riqueza del 47,8% (1.548 euros). Por último, en la tercera vivienda se localizaron 1.095 euros escondidos en diversas áreas de la misma, 28,6 gramos de heroína –2.512 euros– y 27,3 de cocaína –2.351 euros–. De igual forma, se intervinieron un vehículo BMW Serie 1, un Mercedes-Benz y dos Citröen.
Por todo esto, la Fiscalía de Ferrol solicitó para la primera unidad familiar una pena de cinco años de prisión por tráfico de drogas y otro año y diez meses por los delitos de atentado y lesiones a los agentes a los que atacaron.
Para los otros tres acusados se solicita, en el caso del hombre de la segunda unidad familiar, cinco años y seis meses, mientras que para la mujer y para el hijo del primer matrimonio que operaba en solitario se solicitan cinco años a cada uno. l