El pasado 21 de junio, la Concellería de Servizos ferrolana abría a este Diario las puertas de Aquaciencia, el jardín didáctico dedicado al ciclo del agua situado en el área noroeste del parque Reina Sofía. Lo hacía justo once días después de que el alcalde, José Manuel Rey, anunciase la aprobación por parte de la Xunta de Goberno Local de una inversión de 137.672 euros para la recuperación del espacio.
Aquella primera toma de contacto fue especialmente significativa, dado que mostraba sin complejos el estado de abandono que presentaban unas instalaciones clausuradas desde 2020. Y es que, si bien los dos técnicos municipales encargados de las mismas se dedicaron durante los últimos cuatro años a cuidar en la medida de lo posible los diferentes mecanismos e ingenios que dan sentido al jardín, la falta de uso del mismo había dado pie a la vegetación a invadir cada rincón del espacio.
Así, las hojas se acumulaban en los estanques vacíos; las ramas descontroladas cubrían buena parte de los caminos y los juegos acuáticos, en un intento por preservarlos del paso del tiempo, permanecían cubiertos por enormes plásticos de color carbón. Ni siquiera la gran gota animada que corona el depósito de agua de las instalaciones se libró de este destino, presentando una capa de verdín que la acercaba más al aspecto de la mascota de una conocida marca de detergente que a una representación del agua.
Casi nueve meses después de esa visita, los trabajos de recuperación del espacio siguen avanzando, aunque con más demora de la esperada. Factores como el mal tiempo o el encarecimiento de los materiales necesarios han tenido un claro impacto en el desarrollo del proyecto, si bien desde el Concello confían en mantener su compromiso de que vuelva a estar operativo en verano.
“Las obras van con algo de retraso frente a lo que habíamos previsto, porque tenían un plazo de ejecución de cuatro meses (...), pero ahora ya quedan prácticamente un par para que esto concluya”, explicó ayer el concejal responsable de los departamentos de Obras y Servizos, José Tomé, en el marco de una visita al jardín didáctico con los responsables de los trabajos. El encuentro sirvió, más que para ver el avance de las obras, para comprobar sobre el terreno algunas de las modificaciones que se tuvieron que hacer al proyecto.
De este modo, el espacio aún dista de su aspecto reformado, presentando un panorama más cercano al que tenía nueve meses atrás que al que tendrá en su reapertura. No obstante, los cambios y arreglos se hacen notar y permiten hacerse una idea sobre cómo lucirá durante la época estival. El firme, por ejemplo, ha dejado de lado los acabados de madera en favor de una superficie arenosa compacta sobre placas de hormigón para favorecer la accesibilidad y eliminar el riesgo de resbalones en los puntos con desnivel –los propios técnicos señalaron que el suelo anterior resultaba problemático en cuanto se humedecía–.
Según detallaron tanto el concejal como los responsables de la adjudicataria de las obras –la coruñesa Sergonsa Servicios–, la reforma de los caminos es uno de los ejes centrales del proyecto, dado que no solo se ha cambiado el material de los mismos, sino porque también se han modificado trazados e incluso se han abierto nuevos senderos. También se está reforzando y arreglando el muro norte, del que se ha retirado buena parte de la vegetación, y la conocida como casa de los patos, que se ha limpiado por completo y, al igual que el anterior, se ha liberado de toda la masa arbórea que la había invadido.
De hecho, uno de los puntos en los que incidió José Tomé es que uno de los objetivos que se había marcado el gobierno local era la adjudicación del nuevo contrato de mantenimiento de zonas verdes al mismo tiempo que se acometía la reforma, de cara a que la nueva empresa pudiese comenzar a despejar el espacio al mismo tiempo que se realizaban los trabajos. Así, el retraso en la adjudicación de dicho contrato por los dos recursos presentados por sendas empresas no seleccionadas parece haber afectado a las labores de adecuación de las áreas ajardinadas de Aquaciencia. Afortunadamente, de ser ese el caso, la formalización del contrato el pasado día 6 permitiría agilizar estas tareas.
Como ya se mencionó, los dos principales retos que se han presentado en el proyecto –causando retrasos en el mismo– han sido las condiciones meteorológicas y la escasez de materiales. Curiosamente, como apuntaron los responsables de los trabajos, estos dos factores incluso están relacionados entre sí, de modo que las lluvias y los fuertes vientos no solo impiden trabajar a los operarios, sino que, por ejemplo, hacen más complicado adquirir elementos como aglomerados o aislantes, dado que se reduce el suministro –en un momento en el que, al parecer, existe una gran demanda–. En este sentido, cabe recordar que la escasez de materias primas sigue siendo un problema a nivel global, hasta el punto de que, en el presente 2025, las mismas se han encarecido de media en España un 9%.
“Con la competencia que hay, adquirir los materiales fue un problema, porque todo el mundo los está solicitando. Y también está el tiempo, la lluvia, dado que este es un trabajo a cielo abierto”, explicó José Tomé, añadiendo que esperaba que finalizase lo antes posible “para que disfruten los niños, que para ellos es”.
Otro reto inesperado que se identificó en el momento en el que se comenzó la intervención fue hasta qué punto se había extendido la masa vegetal y cómo había afectado esta a las edificaciones ya existentes. A modo de ejemplo, durante la visita de ayer se comentó la dificultad que presentará despejar la cubierta del edificio de recepción, dado que las raíces de las plantas han penetrado tanto la estructura que retirarlas directamente supondría arrancar la capa aislante. A esto se sumarían los daños provocados por actos vandálicos, que en estos últimos nueve meses no han cesado, como atestigua el cristal reventado de una construcción anexa al estanque central y que acoge una de las bombas que impulsan el sistema de agua.
Por último, el responsable de Obras e Servizos quiso abordar dos aspectos importantes de cara a la reapertura: la introducción de novedades en el jardín y la regularización de los contratos de los monitores del espacio.
Respecto al primero, el edil detalló que se están redactando los pliegos para la adquisición de nuevos ingenios que mejoren y modernicen la experiencia, aunque conservando en todo momento el concepto central de mostrar el ciclo del agua. De este modo, algunos de los experimentos se conservarán –no se ha detallado cuáles o si en este planteamiento se incluye, por ejemplo, la plataforma de acceso al faro, que llevaba sin funcionar desde antes de que se cerrasen las instalaciones en 2020–, mientras que otros darán paso a propuestas más actuales. En cualquier caso, un breve paseo por el jardín divulgativo atestigua el gran trabajo de conservación que Pablo y Juan, los educadores de Aquaciencia, han realizado con estas máquinas, muchas de las cuales ya han abandonado su oscura cobertura plástica y muestran un repintado y pulido muy cuidado.
En cuanto a los monitores, José Tomé alabó el trabajo de la concejala de RRHH y Facenda, Susana Sanjurjo, a la hora de regularizar su situación laboral. De hecho, Pablo y Juan forman parte de los 41 trabajadores interinos que a finales del pasado mes de diciembre juraron el cargo, convirtiéndose en funcionarios de pleno derecho, gracias a la última modificación de la Relación de Postos de Traballo (RPT) impulsada por este departamento en 2024. “Se comprometió a tenerlos a todos regulados antes del 31 de diciembre y lo cumplió”, afirmó José Tomé, al tiempo que puso en valor la labor de estos empleados y la “tranquilidad” que les aporta este cambio de situación. “Llevan tiempo aquí, conocen las instalaciones, por lo que no tienen que empezar de cero”, explicó, apuntando que “confían” en que “cuiden del parque como lo han hecho hasta ahora”.
Así, el Concello tiene puesta la vista en verano para la reapertura, varios meses después de lo inicialmente previsto –primero a finales de 2024 y posteriormente en primavera–. Esto, lamentablemente, afectará a uno de los atractivos principales de las instalaciones, que son las excursiones escolares de fin de curso –no se están aceptando solicitudes en anticipación de que se den imprevistos–, pero a la vez permitirá a Ferrol contar con un renovado activo turístico para los visitantes que se acerquen hasta la ciudad naval.