La avenida de Esteiro se llenó de curiosos que no quisieron perderse la actuación de efectivos de la Policía Local, Nacional, Bomberos, Protección Civil, servicios sanitarios y de Axega que se desplazaron a la zona para atender un grave siniestro en el que se vieron implicados un autobús –con 16 pasajeros– y tres automóviles particulares.
Afortunadamente, se trataba de un simulacro de una actuación, enmarcada en la programación de la Semana de la Seguridad Vial, y que permitió descubrir de primera mano cómo es el complejo entramado que los cuerpos de seguridad llevan a cabo ante una situación de estas características, que para ellos no son una excepción.
Un “speaker” se encargó de narrar todos y cada uno de los procedimientos seguidos, desde el aviso al 112 hasta que se recogen todos los dispositivos montados.
Así, se pudo ver cómo se formaban equipos de trabajo para transformar lo que en un principio podría ser un caos en un ordenado trabajo de las fuerzas seguridad para llegar a buen término.
Se apagaron los motores de los coches, se rociaron de espuma para que el vehículo no se inflamase, se desconectaron baterías para evitar que saltasen los airbags, se inmovilizó a las víctimas de los coches y se desguazó pormenorizadamente el vehículo –puertas y techo– para poder acceder y atender a los heridos con “ángulo cero”, es decir desde la parte trasera para no tener que sacarlos por el lateral y evitar así daños en espalda o cuello.
En el autobús, entre tanto, otro equipo sacó por la ventana –las puertas quedaron bloqueadas con el choque– a los heridos leves, con el fin de liberar espacio para poder atender a los más graves. Un hospital de campaña hinchable comenzaba a levantarse en el otro lado de la avenida de Esteiro para que los heridos pudiesen ser atendidos antes de su traslado al hospital, de ser necesario.
Todo un complejo montaje para demostrar el trabajo diario de los efectivos de los distintos cuerpos y, al tratarse de un ejercicio con material real y reflejo del día a día, no se pudo evitar que se produjese un herido real, que tuvo ser trasladado al hospital, con una posible rotura del tendón de aquiles.
El marcaje de la zona del accidente, para que pudiesen trabajar también los efectivos de la policía judicial y determinar cómo se ocasionó el accidente o las pruebas de alcoholemia a los posibles infractores que propiciaron el siniestro, fueron otras de los muchas demostraciones que permitieron conocer un poco más el día a día de todos los servicios implicados, en gran número, y con una alta coordinación, que lograron que cada herido fuese atendido de la forma más rápida y más eficiente posible.