Esteban Loureiro, de La Ruta del Lúpulo, se dedica desde hace once años a sacar adelante ferias que ayuden a conocer las marcas de cerveza artesana que se hacen en el país. En Ferrol llevan seis ediciones y la que se cerraba ayer en la plaza de Armas fue, sin duda, “a mellor de todas”. El traslado del Cantón a este espacio obligado por las obras los benefició. “Funcionou moi ben o cambio, aquí ao lado da rúa Real é un sitio polo que todo o mundo pasa. Ademais acompañounos o tempo e todo foi moito mellor”, explica. Y eso en un año que “está sendo complicado porque a xente gasta menos”. Aun así, la feria “foi moi ben e estamos moi contentos”.
Desde el jueves se sucedieron los conciertos y las actividades para niños, conviviendo con los diez puestos de marcas de cerveza (más de 60 tipos) y con media docena de foodtrucks. La prueba de que se vendió como la espuma es que a primera hora de la tarde de ayer, varias de las casas estaban a punto de agotar las existencias.
Lo que percibe Loureiro también es el cambio en los clientes, que ahora conocen mejor el producto y saben lo que buscan, gracias al auge que en los últimos años ha tenido la cerveza artesana, tanto en el ámbito comercial como en el casero. Gota a gota se rompe con la costumbre de fiarlo todo a una marca. “Cando empezamos coas feiras a xente preguntaba cal era rubia e cal tostada. Agora chegan é pregunta pola stout, pola IPA... Pouco a pouco vaise facendo cultura. Tamén axuda que nas grandes superficies e nos supermercados xa empeza a haber cervexas destas e ao final a xente ábrese”, apunta.